Desde los comienzos de la congregación, las Religiosas de la Asunción han trabajado para amar, dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar a través de la educación transformadora. Como dice Santa María Eugenia de Jesús en sus instrucciones al hablar del espíritu de la Asunción… y como está estipulado en nuestra Regla de Vida en el número 76: “La misión específica que la Iglesia encomienda a la Congregación es la de trabajar para recapitular todo en Cristo por medio la Educación.”
Llegadas a Rwanda en 1954, las hermanas continuaron el espíritu de la congregación participando en “la transformación de la sociedad por el fermento del evangelio” a través de la educación formal e informal en todos los ámbitos y sectores de la vida. Es decir, en instituciones como talleres, hogares, escuelas, centros de formación profesional, centros de acogida, dispensarios, parroquias… Sin embargo, todos estos centros nunca fueron obras propias nuestras como Religiosas de la Asunción, nos fueron confiados por las diócesis, ya que casi todas nuestras comunidades se encuentran en terrenos pertenecientes a las diócesis. Terrenos y obras de las diócesis gestionadas en colaboración y bajo dependencia del gobierno, lo que a veces dificultaba desplegar libremente el espíritu de la Asunción. En relación con los cambios en el sistema educativo, esto dio origen a un sueño de una escuela privada en nuestras manos, las de las Religiosas de la Asunción en Rwanda, donde nos sentiríamos más libres para ofrecer una educación de calidad e inculcar más fácilmente nuestros Valores Asunción. El primer intento de la Escuela Infantil Santa María Eugenia en Mukarange en 2009 fue un fracaso debido a que la zona contaba con muchas escuelas privadas dirigidas por diferentes confesiones cristianas que ofrecían fácilmente becas a los niños, y además, el terreno pertenecía una vez más a la diócesis.
Y el sueño se convierte en realidad con el SMESCO (Saint Marie Eugenie School Complex) construido en Kabuye, geográfica y políticamente en el Distrito Gasabo, el sector de Jabana, la célula de Kabuye y el pueblo de Masangano. Es realmente el pueblo de Masangano (lugar de encuentro, reunión) porque nos encontramos allí como Asunción y de diferentes maneras: primero, el terreno nos pertenece; segundo, es el lugar donde descansan casi todas nuestras hermanas que nos han dejado. El lugar alberga la comunidad de nuestras hermanas mayores, la comunidad de hermanas activas que trabajan en diversas misiones y jóvenes en busca de sus vocaciones… La introducción del plan estratégico de SMESCO nos expresa que su objetivo es superar el puente que, a menudo, existe entre el conocimiento y los valores para formar y educar a una persona unificada con una educación integral que pone todas sus fuerzas en los valores humanos, cristianos, espirituales, intelectuales… y lleva a “una especie de superficialidad que influye en su manera de pensar y de ser. Nos damos cuenta de que hay una necesidad de una metodología activa, cercana, con el objetivo de romper el puente mencionado y actualizar nuestra misión educativa: queremos abrir una escuela privada llamada Saint Marie Eugénie School Complex (SMESCO) que incluirá los programas de preescolar, primaria y también de secundaria” (Saint Marie Eugénie School Complex (SMESCO) Business Plan)
Así, el sueño se ha convertido en realidad. SMESCO abrió sus puertas el 09/09/2024 con 92 alumnos, y hoy contamos con 106, desde educación infantil hasta el cuarto año de primaria. La alegría de los niños y de sus padres es estimulante y nos da esperanza para acoger a más estudiantes. Osemos en soñar, pero que nuestros sueños se hagan realidad.