En 1995, la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de la ONU, celebrada en Copenhague, reconoció la importancia de la familia como unidad básica de la sociedad y reconoció que desempeñaba un papel fundamental en el desarrollo social y, como tal, debía fortalecerse, prestando atención a los derechos, capacidades y responsabilidades de sus miembros. En el Programa de Acción de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social se reconoció que en los diferentes sistemas culturales, políticos y sociales existen diversas formas de familia y que la familia tiene derecho a recibir protección y apoyo amplios.
Este año, en el día Internacional de las Familias, las Naciones Unidas hacen hincapié en la relación entre familias y cambio climático.
El cambio climático repercute negativamente en la salud y el bienestar de las familias a causa de una mayor contaminación, al mismo tiempo que fenómenos meteorológicos extremos exacerbados por el cambio climático, como huracanes, sequías e inundaciones, provocan a menudo desplazamientos forzosos y la pérdida de los medios de subsistencia de las familias y las personas. Estos fenómenos afectan a la productividad agrícola y al acceso al agua, lo que intensifica el hambre y situaciones de vulnerabilidad. Además, provocan daños económicos en sectores sensibles a los efectos del clima, como la agricultura y la pesca.
Si no actuamos drásticamente, la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático serán cada vez más difíciles y costosas.
Para actuar de forma significativa y eficaz contra el cambio climático es fundamental empoderar a las familias a través de la educación, el cambio de hábitos de consumo y la sensibilización. Las familias, como transmisoras de valores de una generación a otra, deben adoptar desde una edad temprana hábitos sostenibles y de concienciación sobre el cambio climático. Integrar los principios de la economía circular en la educación infantil puede ayudar a construir un modelo económico sostenible basado en la reducción de los residuos y la regeneración de los recursos naturales. Las familias, como consumidoras y activistas, pueden conducir la transición hacia una economía circular.
La celebración en 2024 del Día Internacional de la Familia se centra en sensibilizar sobre el impacto del cambio climático en las familias y el papel que estas pueden desempeñar en la acción por el clima. A través de iniciativas familiares y de la comunidad, podemos fomentar la acción por el clima con educación, acceso a la información, formación y la implicación de la comunidad.
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