Encuentro en Auteuil de hermanas mayores de 70 años de las tres provincias de Europa

E eventMiércoles, 03 Julio 2024

Pasemos a la otra orilla

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El lunes, 20 de mayo por la tarde, 43 hermanas de las tres provincias de Europa, mayores de 70 años, comenzamos una bonita experiencia de encuentro fraterno y profundización en esta etapa de nuestra vida, conscientes de que PASAR A LA OTRA ORILLA, es un regalo que nos invita a profundizar en nuestra experiencia personal, acogiendo la Historia de la Salvación en la Biblia, en la historia de la Congregación y en el hoy de nuestra historia personal.

La acogida de las hermanas del Consejo (Rekha estaba en EEUU) y de la comunidad de Auteuil, fue un momento especial que nos hizo sentir que estábamos en nuestra casa.

Véronique acompañó la tarde del lunes en la que pudimos visitar la casa en la que vivió Mª Eugenia y en la que falleció su madre, en la calle de la Sourdière. Acoger esta etapa de nuestra Fundadora, haciéndonos cargo de sus sentimientos, fue un buen comienzo que completamos con la visita a la Iglesia de S.  Eustaquio donde pudimos admirar su belleza, pero sobre todo entrar en la sacristía donde recordamos los primeros pasos de la Congregación. A continuación, la visita de la Rue Férou y un tiempo de adoración a la iglesia de Saint Sulpice.

Terminamos la tarde alrededor de Santa Mª Eugenia, dándole gracias por su generosa respuesta a la invitación de Dios y pidiéndole acompañe nuestros pasos en esta nueva etapa de nuestras vidas.

Comenzamos el encuentro el día 21 con unas palabras de acogida por parte de las tres hermanas encargadas de preparar, acompañar y animar este encuentro, Sr. Bérnadette Virón, Sr. Nieves Nistal y Sr. Ana Pilar García.

Estábamos convocadas a intentar entrelazar y tejer tres aspectos de nuestra realidad actual

  1. Conocernos y reconocernos como hermanas de LAS TRES PROVINCIA de Europa con la riqueza de 10 nacionalidades diferentes.
  2. Releer y revisar nuestra historia, volviendo nuestra mirada y abriendo nuestro corazón, a la historia de la Salvación y a las fuentes de la Asunción.
  3. Mirar juntas esta nueva etapa, con nuestras fragilidades y disminuciones, pero también con nuestra sabiduría acumulada, acogiendo las nuevas posibilidades que Dios nos regala.

A lo largo de estos días hemos podido conocernos y apreciarnos más, gracias al compartir en grupos interprovinciales, donde las diferentes lenguas no han supuesto ninguna barrera y donde la generosidad de las hermanas traductoras ( M. Geneviève y Benedicte) ha sido una gran ayuda.

Por la tarde, nos encontramos de nuevo con Véronique que haciendo las veces de Santa Mª Eugenia nos compartió esta etapa de su vida con sus dificultades, sus alegrías y sus proyectos, poniendo en Dios toda su confianza con la certeza de que sólo le quedaba SER BUENA.

 Unos espacios de interiorización, acompañados y animados por Marie Geneviève, nos ayudaron en la profundización de todo lo vivido.

El miércoles 22, a las 9 en punto de la mañana estábamos todas atentas esperando las palabras de Rekha sobre la ancianidad en la Biblia.

Comenzó haciéndonos conscientes de que envejecer es un proceso natural de la vida, pero envejecer con gracia es una opción, es una elección guiada por nuestras creencias de que la presencia de Dios nos acompaña siempre y por la invitación de Santa Mª Eugenia a descubrir y vivir la gracia especial “de cada etapa”.  Sara y Noemí del A.T. junto con Ana e Isabel del N.T, nos ayudaron a recordar que lo imposible se hace posible cuando cooperamos con las promesas de Dios. En la segunda parte de la reflexión Bíblica, Rekha hizo un precioso recorrido de lo que dice la Biblia sobre el envejecimiento. La ayuda en la traducción de las dos consejeras generales, Isabelle y Sandra, fue una gran ayuda para poder seguir toda la conferencia y para después de un buen trabajo en grupos poder tener con ella un tiempo de preguntas e intercambio.

Si la mañana había sido rica y muy interesante, la tarde no lo fue menos. Divididas en dos grupos pudimos disfrutar conociendo, admirando y compartiendo los nuevos archivos y el museo. Nuestras guías, Véronique y Marie Yvonne, nos explicaron, atendieron y ayudaron con una gran generosidad.

Gracias al tiempo de Adoración, de silencio alrededor de Santa Mª Eugenia y de celebración de la Eucaristía pudimos ir asentando tantas emociones.

Si los días anteriores habían sido intensos, el jueves 23 no lo fue menos. Caroline Dry , mujer consagrada, psicóloga y educadora social  nos ayudó a profundizar desde sus intervenciones sobre los aportes antropológicos, sicológicos y espirituales de la persona en esta etapa de la vida.

Comenzó ayudándonos a tomar conciencia de las dos curvas de crecimiento (física y espiritual) que acompañan nuestra vida y de las consecuencias que tienen en nuestra etapa.

Su rica intervención en la que supo dar nombre a las pérdidas y a las ganancias de cada una de estas etapas, fue seguida de unos trabajos en grupo y unas puestas en común muy interesantes: expresar un duelo, un miedo al futuro, una dificultad…pero también una emoción, una necesidad…para terminar diciendo que la experiencia que tenemos de Fe, va mucho más allá de nuestras fuerzas físicas y de nuestras experiencias  porque está basada en la alegría de existir, sabiéndonos elegidas por Dios y acompañadas por su amor.

Haber dedicado el viernes a una relectura serena, a recoger lo vivido en grupo y en oración ante Santa Mª Eugenia con una evaluación fraterna basada más en el compartir que en el analizar nos ayudó a interiorizar y profundizar lo vivido con una gran profundidad.

No podía faltar un final festivo, acompañadas por las consejeras generales (Rekha no había llegado) y la cdad de Auteuil en el que reímos, bailamos cantamos y jugamos muchísimo y en el que admiramos las grandes cualidades festivas que tienen nuestras hermanas.

Los tiempos libres  de paseo, de excursiones y de visitas…los espacios para compartir y saborear los ricos productos de los diferentes países junto con la generosa participación de cada hermana, completaron una experiencia que para todas es inolvidable y por la que seguimos dando gracias a Dios sintiéndonos herederas y abiertas a abrir el surco sintiendo el peso de nuestra tierra hoy.