local_offer Comunidad General

MARÍA EUGENIA Y LOS PEREGRINOS DE LA ESPERANZA

M eventLunes, 10 Marzo 2025

Capítulo – 10 Marzo 2025

Descargar el capítulo en pdf

 

Muy queridas Hermanas y amigos:

La fiesta de Santa Mª Eugenia en este año jubilar evoca muchas bendiciones de esperanza. El mes pasado celebrábamos el cincuenta aniversario de la beatificación de Mª Eugenia, que nos invitaba a seguir nuestro propio camino hacia la santidad. Hace un par de meses, la Iglesia celebró la consagración del nuevo altar de la Catedral de Notre-Dame de París, en el que se introdujeron las reliquias de Santa Mª Eugenia. Esto nos retrotrae a la experiencia de conversión de Anne Eugenia en Notre-Dame cuando escuchó el sermón de Cuaresma del P. Lacordaire y nos recuerda nuestra propia experiencia fundamental de Dios. Además, en su sermón de Cuaresma de este año, el papa Francisco nos invita a “caminar juntos en la esperanza” de acuerdo con el lema del año jubilar para convertirnos en “Peregrinos de la esperanza.”[1]  Por eso elegí el tema para nuestras reflexiones este año: Mª Eugenia y los Peregrinos de la Esperanza.

El concepto de “peregrinación” está ligado a la fundación de la Congregación. En uno de sus cuadernos de notas personales, Mª Eugenia recuerda que la idea de fundar una congregación religiosa “que llevara el nombre de la Asunción” fue revelada al Abbé Combalot durante su peregrinación a Saint Anne d’Auray.[2] Además, Mª Eugenia hacía frecuentes peregrinaciones a los santuarios marianos.[3] También apoyó el inicio de la Peregrinación Nacional a Lourdes con el P. d’Alzon, que continúa celebrándose hoy. Su testimonio de vida y sus escritos muestran que Santa Mª Eugenia de Jesús fue una verdadera “peregrina de esperanza” que fijó su mirada en Jesucristo y dedicó su vida a la extensión del Reino de Dios.

Sus escritos demuestran que Mª Eugenia concebía su vida como un camino espiritual, una “peregrinación”, aunque no utilice esta expresión.[4] El concepto de peregrinación está profundamente enraizado en los temas bíblicos del camino de fe, fortaleza, y confianza en las promesas de la alianza de Dios. Aunque nació y creció en una familia adinerada, los primeros años de la vida de Eugenia estuvieron marcados por muchas pérdidas, incluida la muerte de su querida madre, lo que la llevó a buscar un sentido más profundo a la vida. Su experiencia de conversión en la Catedral de Notre Dame reveló el poder de un camino espiritual, capacitándola para dedicar su vida enteramente a Dios y a transformar la sociedad a través de la educación cristiana. A partir de ese momento inició su peregrinación espiritual con Cristo, buscando cómo servir a Dios en un mundo lleno de sufrimientos e incertidumbres.

Mª Eugenia presenta la peregrinación de Jesús - toda su vida y misión - como modelo para nuestro camino terrenal.[5] La peregrinación de Jesús empezó con su encarnación. Como Abraham, que dejó su tierra para obedecer a Dios (Gen. 12,1), Jesús dejó la gloria de su morada celestial para embarcarse en su peregrinación terrenal (Jn. 1, 9-14). Toda la vida de Jesús fue un camino de un lugar a otro, llamando a la gente al arrepentimiento, anunciando la buena noticia a los pobres, sanando a las personas y predicando el Reino de Dios de justicia y paz. Su vida y misión fue un camino de obediencia a la voluntad del Padre (Jn. 4,34), alcanzando su punto culminante con su muerte en la cruz (Fil. 2,8). Y Jesús completa su peregrinación terrena mediante su resurrección y regreso al Padre. (Jn. 20,17). Así para Mª Eugenia, seguir a Jesús significa embarcarse en una peregrinación de esperanza para toda la vida en “absoluta conformidad con la voluntad de Dios.”[6]

Mª Eugenia tenía una “mentalidad de peregrina.”[7] Lo que quiero decir con una mentalidad de peregrino es la perspectiva que permite a uno vivir la vida con esperanza a pesar de las pruebas y desafíos. El camino de la vida de Mª Eugenia está marcado por muchas dificultades, que se superan con una perseverancia llena de fe y una esperanza inquebrantable en la providencia de Dios. Según la visión de Mª Eugenia, los peregrinos tienen una fe profunda que les permite avanzar con esperanza incluso cuando no ven el camino completo.[8]  Ser peregrino de la esperanza no significa ignorar las luchas de la vida y los sufrimientos del mundo. Significa afrontarlos con valentía confiando en Dios incluso cuando la esperanza parece imposible.[9]  En tiempos de pruebas y dudas, lo que sostuvo la esperanza de Mª Eugenia fue su convicción de que “Dios dirige todo; no hay mano más amorosa ni más sabia que nos guíe hacia nuestro destino.”[10]  Mª Eugenia quería que “dejáramos que nuestras raíces crezcan sólo en el cielo.”[11] Como hijas e hijos de Mª Eugenia, se  nos anima a vivir con esta “perspectiva de eternidad” mientras consideramos la tierra como “un lugar de gloria para Dios.”[12] Es una invitación a centrarnos en el Reino de Dios en lugar de en los logros terrenales y las historias de éxito temporales.

Mª Eugenia creía que la fe en Cristo podía renovar nuestros corazones y transformar la sociedad. Estaba convencida de que la educación cristiana era clave para formar jóvenes que darían forma al futuro del mundo. No caminó sola: fundó una comunidad de hermanas (y laicos) que compartían su visión y misión, y por eso estamos aquí hoy. Como Mª Eugenia, ¿Cómo podemos vivir hoy como “ peregrinos de la esperanza”?

En muchos sentidos, nuestro mundo no es diferente del de ella. También vivimos en un mundo herido por guerras, conflictos, individualismo y materialismo dentro y fuera de nosotros, alrededor nuestro. Santa Mª Eugenia nos inspira ser pacificadores en tiempos de conflicto, fomentar la comunión en contextos de exclusión, vivir con sencillez en una cultura de exceso y consumismo, confiar en Dios en todo momento y comprometernos con el Reino de Dios.

Estamos llamados a caminar en fe, confiando en que cada paso adelante y cada experiencia, ya sea positiva o negativa, tienen un propósito. Ella nos anima a afrontar los desafíos y las dificultades con esperanza, sabiendo que Dios está con nosotros en nuestro camino de peregrinación. Soportando pruebas y problemas con una esperanza inquebrantable, ella quiere que construyamos familias y comunidades de peregrinos para un mundo mejor.

En este contexto, la invitación del Papa Francisco resuena en muchos sentidos, en consonancia con la visión de Mª Eugenia. Propone: “Sería un buen ejercicio de Cuaresma confrontarse con la realidad concreta de algún migrante o peregrino, dejando que nos interpele, para descubrir lo que Dios nos pide, para ser mejores caminantes hacia la casa del Padre.”[13]

Como Mª Eugenia, cultivemos una mentalidad de peregrinos con una mirada contemplativa, abracemos la vida como un camino sagrado siguiendo las huellas de Jesús, confiemos siempre en el proyecto de Dios que es mejor que el nuestro, construyamos nuestras sociedades de justicia y paz y protejamos nuestra “casa común” para las generaciones futuras. ¡Qué Santa Mª Eugenia bendiga nuestro camino de peregrinación!

¡FELIZ FIESTA!

 

¡Con todo mi cariño y oraciones!

 

     

 

 

 

Rekha M. Chennattu, RA

Superiora General                                                                                                             

Auteuil, 8 Marzo 2025

 

 

[1] Ver “caminemos juntos en la esperanza” El mensaje de Cuaresma del Papa Francisco, publicado el 25 de febrero de 2025. Ver también Papa Francisco SPES NON CONFUNDIT, Bula de Introducción al Jubileo Ordinario del año 2025.

[2] María Eugenia, Notes Intimes, No. 1505: "La Cuaresma siguiente (1837), habiendo muerto el confesor que me había dado mi madre, me dirigí al Abbé Combalot. Desde el principio, me habló del trabajo al que él creía que estaba llamado. En una peregrinación a  Saint Anne d'Auray, la Santa le había hecho saber, dijo, que la Santísima Virgen quería tener hijas que llevaran el nombre de la Asunción, y que se vistieran de blanco y morado." 

[3] Los ejemplos incluyen el 9 de agosto de 1856, Peregrinación a Bétharram, santuario mariano; aNotre Dame de Fourvière en mayo de 1862; el 14 de abril de 1888, al santuario de la Madonna del Buon Consiglio en Genezzano para dar gracias por la aprobación de las Constituciones).

[4] Por ejemplo, “En esta vida que es un continuo caminar, ella, (religiosa) camina cada día..." (María Eugenia, Instrucciones de capítulo, 2 julio 1876).

[5] María Eugenia, Instrucciones de capítulo, 28 septiembre 1879.

[6] María Eugenia, Instrucciones de capítulo, 4 enero 1880.

[7] Ver, por ejemplo, María Eugenia, Instrucciones de capítulo, 7 enero 1877 y 4 enero 1880.

[8] María Eugenia se refiere a ellos como “caminantes” (Instrucciones de capítulo 2 julio 1876).

[9] María Eugenia, Instrucciones de capítulo, 4 enero 1880.

[10] Carta de María Eugenia al P. Combalot, 20 julio 1840.

[11] María Eugenia, Instrucciones de capítulo, 9 agosto 1874.

[12] El credo de María Eugenia, probablemente una carta al P. Lacordaire, ver Los Orígenes I -2ª parte, capítulo XI.

[13] Papa Francisco. Mensaje de Cuaresma del Papa Francisco, 25 de febrero de 2025.