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Homilía del Papa Pablo VI en la beatificación
Este año celebramos con alegría el 50 aniversario de la beatificación de Madre María Eugenia Milleret, fundadora de las Religiosas de la Asunción. Esta conmemoración no solo nos invita a recordar aquel momento de gracia vivido en 1975, sino que también nos impulsa a reflexionar sobre nuestra propia vocación a la santidad.
¿Qué es una beatificación?
La beatificación es un acto solemne de la Iglesia católica mediante el cual el Papa declara que una persona fallecida puede ser venerada de manera especial en una comunidad o familia religiosa. Este reconocimiento, basado en un proceso riguroso de investigación sobre su vida, virtudes y posibles milagros, permite el culto público limitado a la nueva beata, en espera de una eventual canonización, que en María Eugenia tuvo lugar el 3 de junio de 2007.
Una Celebración Universal
El 9 de febrero de 1975, la Basílica de San Pedro en Roma se llenó de fervor con la presencia de más de 15,000 peregrinos provenientes de 30 países. Religiosas de la Asunción, alumnos, antiguos alumnos y amigos de la congregación participaron en una serie de encuentros internacionales que reflejaban la universalidad del carisma de Madre María Eugenia. La ciudad eterna se vistió de colores con los símbolos de los diferentes grupos: 700 peregrinos de Bélgica con sus sacos amarillos, 150 de Filipinas con sus colores blanco y azul, y los vibrantes tambores rwandeses acompañando los momentos de celebración.
Desde la vigilia del 7 de febrero en el Palazzo dello Sport, donde se reflexionó sobre Jesús como único camino de liberación, hasta la gran celebración en San Ignacio el 8 de febrero con testimonios de laicos y religiosas, la beatificación fue un tiempo de gracia que unió corazones en torno al mensaje de la nueva beata. El gran día llegó con un sol primaveral iluminando Roma, mientras los peregrinos esperaban con esperanza y emoción la proclamación de Madre María Eugenia como beata de la Iglesia.
Cuando su imagen apareció en la gloria del Bernini, la Basílica de san Pedro resonó con un trueno de aplausos y la vibrante música de los tambores africanos que sonaban en la basílica por primera vez. Tras la celebración, el Papa Pablo VI recibió a representantes de la congregación, quienes le ofrecieron un relicario de la nueva beata, signo de la presencia viva de su testimonio en el mundo.
Un Llamado a la Santidad Hoy
Cincuenta años después, el mensaje de Madre María Eugenia sigue siendo actual. Su vida nos recuerda que la santidad no es un ideal lejano, sino un camino concreto de fidelidad a Dios en lo cotidiano. Ella supo ver en la educación un medio de transformación social y evangelización, integrando la contemplación y la acción.
Celebrar este aniversario es una oportunidad para preguntarnos: ¿Cómo estamos llamados hoy a vivir nuestra fe con la misma pasión y entrega? La beatificación de Madre María Eugenia no fue solo un reconocimiento a su santidad, sino un recordatorio de que todos estamos llamados a vivir con profundidad y generosidad el Evangelio.
En esta ocasión especial, renovemos nuestro compromiso con la misión de la Asunción y sigamos los pasos de Madre María Eugenia en la construcción de un mundo más justo, iluminado por la fe y el amor a Dios.
Texto original en castellano, escrito por la hermana Mercedes responsable de comunicación.