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Alabando la belleza de la creación: un camino de oración con Francisco de Asís y María Eugenia

A eventMiércoles, 08 Octubre 2025

“¡Loado seas!” (Laudato si!)

¡Qué profunda resonancia en nuestro corazón!

Alabar es un verbo que nos invita a contemplar con atención lo que nos rodea y nos ayuda a comprender mejor la maravilla y la belleza creadora de nuestro Dios. Nos recuerda también que, en su misericordia, Él creó al ser humano inmediatamente después de toda su creación, para presentárnosla y confiarnos la gran misión de cuidarla a través de nuestras alabanzas.

En la vida religiosa de San Francisco de Asís y de Santa María Eugenia de Jesús, «¡Loado seas!» fue una expresión fundamental. Aunque no vivieron en el mismo siglo, ambos mostraron que la contemplación de la naturaleza nos conduce a orientar nuestra oración hacia la voluntad de Dios.

Al componer su himno a la creación, San Francisco de Asís quiso explicarnos, de manera sencilla y comprensible, la relación fraterna entre el ser humano y la creación en su conjunto (el Hermano Sol y la Hermana Luna), así como la relación maternal que compartimos con ella (nuestra Hermana la Madre Tierra). No olvidemos que este mismo estribillo inspiró el título de la encíclica del Papa Francisco en 2015, dedicada a la salvaguarda del medioambiente. Así, la alabanza de la belleza de la creación se convierte en un compromiso con nuestro propio estilo de vida para proteger verdaderamente nuestra casa común.

La alabanza, que se realiza únicamente a través de la adoración que ella misma pidió a sus hermanas, fue también una experiencia central para Santa María Eugenia de Jesús, quien creció en los jardines y parques de los castillos de sus padres. Allí aprendió a descubrir la belleza creadora en los pequeños detalles: en las flores y en los bosques que contemplaba sin cesar junto a su hermano. Para ella, esta alabanza encarnaba libertad y evasión, y nos recuerda que toda la creación canta la gloria y la adoración.

Con ocasión de esta Temporada de la Creación, unamos nuestra admiración a la de estos santos que nos precedieron en la contemplación de la belleza de la naturaleza. Elevemos alabanzas de gratitud a nuestro Creador, pues sus escritos nos invitan a respetar mejor esta belleza creadora de la naturaleza, para glorificar al Altísimo y guiar a nuestros hermanos y hermanas en el camino de la alabanza incesante, hacia una causa común en nuestra casa única y compartida.

 

Por Josette Ruremesha

Provincia de Ruanda - Chad