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Capítulo - 10 de marzo de 2024 - "Vivir la gracia especial de nuestro tiempo"

C eventMiércoles, 03 Julio 2024

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Queridas hermanas y amigos:

¡Os deseo a todos una feliz fiesta de Santa María Eugenia!

Para nuestras reflexiones de este año, he elegido uno de los pensamientos favoritos de María Eugenia, "vivir la gracia especial de nuestro tiempo". Preparándonos para el próximo Capítulo General, este tema tiene un significado especial. ¿Cómo discernimos y respondemos a la gracia especial del momento presente? En una de sus Instrucciones, María Eugenia escribe: "Cada día Él [Dios] nos hace comprender lo que quiere de nosotros, sólo tenemos que ser muy fieles a la gracia de cada día. Lo que a menudo impide a las almas avanzar es que no se aplican lo suficiente para utilizar bien el momento presente"[1] Más adelante, escribe: "Existe la alegría de amarle [a Dios] cada día más, que es la gracia especial de la vida religiosa y, yo diría también, la gracia particular del tiempo en que vivimos. Vivimos en un tiempo de angustias y de incertidumbres. No sabemos realmente lo que Dios en su bondad hará de nosotros".[2]  Para Santa María Eugenia, esta gracia especial está estrechamente vinculada al proyecto de Dios para nuestro tiempo. En sus escritos, nos invita a buscar esta gracia especial, sentirla en nuestro ser, descubrirla, comprenderla, abrazarla y vivirla plena y fielmente, de manera significativa y fecunda.[3]

¿Cómo describir la gracia especial de nuestro momento actual en la historia de la humanidad / en la historia de la Iglesia y de nuestra congregación? Si respondiera con una frase, diría: cambios rápidos, desplazamientos y la gracia de la adaptación.

La mayoría de nosotros hemos vivido en dos siglos, lo que significa también en dos milenios diferentes. Pensando sólo en las comunicaciones, hemos pasado de las cartas escritas a mano a través de oficinas de correos y máquinas de fax a los correos electrónicos y los mensajes instantáneos de WhatsApp. Hemos pasado de las llamadas telefónicas marcadas por una operadora a llamadas de larga distancia, a las videollamadas internacionales instantáneas. Recordamos el uso de los ordenadores con 64 KB o 1 MB de almacenamiento. Trabajamos mucho con estos ordenadores en los años ochenta y noventa. Usábamos disquetes y CD. Y ahora nuestros gigabytes y megabytes de los smartphones no son suficientes. Hemos pasado de los partidos en directo por la radio a los televisores en blanco y negro, a los televisores en color y luego a los televisores 3D-HD. Y en el campo de las transacciones financieras, hemos saltado del uso de cheques bancarios a la banca por internet.  Además, la tecnología en constante evolución, desde Internet hasta los sistemas de Inteligencia Artificial (IA), está revolucionando nuestra vida cotidiana con nuevas posibilidades.

La transformación que ha supuesto la llegada de lo que esperamos de la IA es inmensa. Algunos de nosotros estamos familiarizados con ChatGPT y a veces lo utilizamos. Recuerdo haberlo utilizado en una conferencia internacional en la que tuvimos que resumir más de 800 páginas en pocas horas. Se utiliza en diversas aplicaciones, como el reconocimiento de contenidos, la generación de textos, el resumen de contenidos, su clasificación y la traducción.

Al hablar de la IA en una entrevista reciente, el P. Paolo Benanti3, subraya: "El rápido y global desarrollo de los sistemas de inteligencia artificial (IA) ha cogido por sorpresa a la mayoría de la gente. Este escenario en rápida mutación es un proceso interdisciplinar que recurre a distintas competencias y disciplinas, aportando numerosos factores de crisis y nuevos estímulos". En efecto, es ingenuo pensar que estas nuevas tecnologías son neutrales. Debido a su capacidad para producir contenidos aparentemente reales y persuasivos, según Benanti, las IA son actores potenciales a la hora de influir en nuestro dominio cognitivo o de cambiar no sólo nuestro pensamiento, sino también nuestra forma de pensar y actuar. En la misma entrevista, habla de "una especie de confrontación entre las máquinas, que parecen humanizarse cada día más, y los seres humanos, que se ven cada vez más como máquinas". Y prosigue: "Si la inteligencia no es una facultad abstracta producida por un órgano, el cerebro, quizá lo que importa en nuestro ser Homo sapiens, en nuestro ser persona, es también el cuerpo que habitamos. Somos inteligencias encarnadas. El medio que habitamos, nuestro cuerpo, no es un hardware cualquiera, y eso marca la diferencia".4

Lo inquietante, además, no son las nuevas tecnologías en sí, sino la concentración de un enorme poder en manos de unos pocos. Hablando de IA y Paz, el Papa Francisco llama nuestra atención "para ampliar la mirada y orientar la investigación tecno-científica hacia la búsqueda de la paz y del bien común, al servicio del desarrollo integral de las personas y de las comunidades." En el mismo documento, el Papa Francisco expresa su preocupación en la oración "para que el rápido desarrollo de las formas de inteligencia artificial no aumente los casos de desigualdad e injusticia demasiado presentes en el mundo de hoy, sino que ayude a poner fin a las guerras y conflictos, y alivie muchas formas de sufrimiento que afligen a nuestra familia humana."5

Dado que Internet y las tecnologías digitales están cambiando radicalmente nuestras estructuras sociales y sistemas cognitivos, ¿hasta qué punto estamos preparados los cristianos en general y las RA en particular para acoger esta nueva era? ¿Cuáles son las implicaciones antropológicas, espirituales, morales y sociales de estas tecnologías? ¿Cómo redefinen nuestra espiritualidad? ¿Cómo influyen y remodelan nuestro "estilo de vida"? ¿Cómo afectan a nuestra misión educativa y de JPICS? ¿Y cómo podemos incluir a los pobres y a los menos privilegiados en este camino transformador de Internet a la Inteligencia Artificial, que está llamada a marcar el comienzo de una nueva era de posibilidades?

Espero que estas reflexiones despierten algo en nosotros. Cada momento de la historia tiene una gracia única si nos permitimos hacer una pausa y encontrarla, incluso en los cambios a los que nos resistimos y no nos gustan. María Eugenia nos invita hoy a abrazar la gracia especial de nuestro tiempo, que incluye el poder de esta tecnología transformadora (IA). Hermanas y amigos, no tenemos más remedio que embarcarnos en el camino de la IA y aprovechar su poder de transformación para una vida mejor para todos. ¡Que Santa María Eugenia nos bendiga en nuestro camino! 

¡Con todo mi cariño y oraciones!

Rekha M. Chennattu, RA

Superiora General                                                                                                              

Auteuil, 6 de marzo de 2024

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[1] María Eugenia, Instrucción capitular, 3 de diciembre de 1871.

[2] María Eugenia, Instrucción capitular, 12 de marzo de 1876.

[3] Por ejemplo, María Eugenia, Carta al Abbé Gros, n°7504, e Instrucción capitular, 20 de agosto de 1871.

3 El P. Paolo Benanti ha sido nombrado recientemente por el Secretario General de las Naciones Unidas miembro del Órgano Consultivo de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial.

4 Nuno da Silva Gonçalves, SJ, "Inteligencias artificiales e inteligencias incorporadas: ¿Qué frontera? - Entrevista al P. Paolo Benanti" La Civilta Cattolica ( 26 de enero de 2024).

5 Papa Francisco, "Inteligencia artificial y paz", 1 de enero de 2024.