local_offer Jóvenes

Peregrinos de esperanza, con los jóvenes de todo el mundo

P eventLunes, 25 Agosto 2025

¡Esta semana fue rica e intensa para los cientos de miles de jóvenes reunidos en Roma, del 28 de julio al 3 de agosto, en respuesta a la invitación del Papa! Tuve la alegría de acompañar a un centenar de jóvenes de la diócesis de Burdeos y de vivir con ellos esta hermosa experiencia de Iglesia.

Creo que juntos pudimos saborear la alegría de una fraternidad universal, con los cristianos de todo el mundo que llenaban las calles de Roma… orar juntos en la Plaza de San Pedro o en la gran vigilia con el Papa en Tor Vergata, pero también esperar juntos en las filas o en los semáforos: tantas ocasiones para encontrarnos en una alegre fraternidad.

También nos sumergimos en el corazón de la Iglesia, descubriendo juntos la ciudad de Roma, rezando con los Apóstoles, san Pedro y san Pablo, y atravesando las puertas santas en la basílica de San Juan de Letrán. De hecho, vivimos juntos la peregrinación jubilar: al pasar la puerta santa, elegir de nuevo pasar por la única Puerta que es Cristo, dejarnos transformar y proclamar nuestra fe con el Símbolo de los Apóstoles y con toda la Iglesia. En un bello silencio pudimos vivir este gesto y dejarnos transformar por el Señor… y esto se prolongó con el sacramento de la Reconciliación, recibido por miles de jóvenes en el Circo Máximo el viernes. También visitamos las demás basílicas mayores: San Pedro, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor, con las majestuosas obras que albergan, que nos llevaban al asombro y a la oración.

La vigilia y la Eucaristía celebradas con el Papa, que reunieron a más de un millón de jóvenes de todo el mundo, fueron también momentos fuertes y únicos. Pudimos encontrarnos con nuestro nuevo Papa y dejarnos tocar e interpelar por sus palabras. Acogiendo nuestro entusiasmo y nuestros cantos, nos recordó que esos gritos de aclamación estaban todos dirigidos a Jesucristo, y nos invitó a ser signos de esperanza en el mundo entero. Compartiendo con nosotros la experiencia de san Agustín, nos animó a encontrarnos con el Maestro interior y a vivir amistades profundas en Cristo. Finalmente, y quizá fue el corazón de este hermoso fin de semana, rezamos juntos, celebramos la Eucaristía… delante del Santísimo Sacramento, un millón de jóvenes se pusieron de rodillas, con el Papa, adorando a Dios presente en la Eucaristía, tan pequeño y tan grande a la vez. ¡Este pueblo reunido, de todas las naciones, he aquí el Cuerpo de Cristo, he aquí la Iglesia! El silencio llenó la explanada, y el Señor vino a habitar nuestros corazones; regresamos colmados de todas las gracias recibidas.

Con todo esto, emprendimos de nuevo el camino hacia nuestros países y regiones, con las banderas de mil colores ondeando todavía en el cielo romano, y el corazón lleno de todos estos encuentros vividos, con el Señor y con nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo.