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Todos tenemos la experiencia de la sed, sed física que nos empuja a tomar o buscar un vaso de agua, zumo o una taza de café, té o leche. Y así, de alguna manera, conseguimos saciar nuestra sed física durante un tiempo.
¿Cómo se puede saciar el anhelo o la sed del corazón o del alma?
Las religiosas de la Asunción de Iguguno (Tanzania) imparten seminarios y catequesis a los alumnos de la escuela secundaria de Tumaini, en Kinampanda, una localidad de la parroquia de Iguguno.
Las Hermanas, con el afán de educar a los jóvenes, apoyan las almas sedientas de los alumnos preparándolos para el bautismo y la primera comunión. Tuvimos cincuenta alumnos para el bautismo y ciento cuatro para la primera comunión. La sed interior de estos alumnos no podía apagarse ni satisfacerse con ninguna cosa del mundo. El alma se satisface sólo aceptando y permitiéndose beber de Jesús, que es la fuente de agua viva.
Fue una experiencia maravillosa para los alumnos recibir los sacramentos del Bautismo y la Primera Comunión. Sus rostros irradiaban una alegría que demostraba la verdad de San Agustín: "Nuestros corazones están inquietos hasta que descansan en Dios".
Se plantaron tres árboles para simbolizar el crecimiento de su vida espiritual. Les aconsejamos que cuidaran su vida espiritual como se cuidan esos árboles, regándolos, añadiendo abono y desbrozando. Les dijimos que alimentaran su vida espiritual con la oración personal y comunitaria, leyendo y compartiendo regularmente la Palabra de Dios y que se renovaran recibiendo el sacramento de la reconciliación. Fue una alegría llevar a estas jóvenes almas sedientas a Cristo. Este evento ha animado a más estudiantes a inscribirse en la catequesis para poder recibir el bautismo y la primera comunión.
Después de unas semanas, el segundo grupo de estudiantes recibió el sacramento de la Confirmación. Reciben la efusión del Espíritu Santo con los siete dones (sabiduría, entendimiento, conocimiento, consejo, fortaleza, piedad y temor del Señor). Les recordamos que el Espíritu Santo aumenta su capacidad de practicar su fe católica y de dar testimonio de Cristo en la escuela y en casa cuando van de vacaciones.
Su experiencia del día fue: "Los siete dones están ahora en mí y no en el libro de catequesis, ahora me siento responsable de mi fe, tengo las armas para defender mi fe, mi relación con Dios es ahora más profunda, soy un soldado de Jesús hasta la muerte, quiero a mi Iglesia, animaré a otros a seguir la instrucción de la catequesis hasta el final".
Como Religiosas de la Asunción, nos sentimos llamadas a dar un paso más para apoyar a las almas sedientas enseñando el catecismo y acompañando a los jóvenes en su camino espiritual.
Por las Hermanas de la Asunción
Comunidad de Iguguno
Jesús menciona en el Evangelio de Lucas que son pocas las personas dispuestas a evangelizar: "La mies es abundante, pero los obreros son pocos; rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies". (Lc.10:2). Esto se realizó cuando me enviaron a mi misión pastoral en Maluga, diócesis de Singida, Tanzania.
Crecí en lugares donde la gente va a rendir culto en los templos. Nunca caí en la cuenta de que en nuestro siglo XXI hay personas, especialmente católicos, que siguen celebrando la Eucaristía en carpas temporales. Tiendas que se arreglan el domingo cuando el sacerdote viene a celebrar la Santa Misa al menos dos veces al mes en nuestra estación exterior de Kitusha. La escasez de sacerdotes y catequistas en la diócesis, los problemas geográficos y las vastas zonas sin presencia eclesiástica son algunas de las razones por las que no hay servicios espirituales durante meses.
La presencia y la misión pastoral de las Religiosas de la Asunción en Maluga ya ha tenido un gran impacto en la vida de la gente. Las hermanas participan en la catequesis de la escuela primaria cercana, colaboran con la asociación de mujeres católicas y atienden a las comunidades cristianas pequeñas. Los dos años de nuestra presencia aquí han propiciado una relación con Jesús. Nos sentimos animadas porque hemos creado una amistad que nos une en los momentos de alegría y de dolor. Las familias van aceptando poco a poco el anuncio de la Buena Noticia, son participativas a la hora de compartir su fe, activas en la pequeña comunidad cristiana y reflejan el amor de Cristo compartiendo con los pobres. Nos sentimos invitadas a encontrar nuevos caminos de evangelización para que más personas puedan tener la experiencia de encontrar a Cristo en sus vidas y acoger a los católicos no practicantes de vuelta a la fe.
Damos gracias a Dios por esta misión que se nos confía de compartir y testimoniar el amor de Jesús y de darlo a conocer, amar y servir. Como una semilla de mostaza sembrada en la tierra fértil de la estación exterior de Kitusha, brotará y se convertirá en la planta más grande que los pájaros habitarán en sus ramas.
Con las bendiciones de Dios y a través del poder del Espíritu Santo, la gente descubrirá gradualmente la fe de nuevo porque somos "Discípulos llamados a dar testimonio" porque el Señor Resucitado trabajará con nosotros.
Hna. Magdalena Oliva Ngoja
Comunidad de Maluga.
El término paz se entiende y se define de diferentes maneras. La paz consiste en vivir en armonía con uno mismo y con la sociedad que nos rodea a pesar de nuestras múltiples diferencias de cultura, religión, color, lengua, nacionalidad, género e ideología. La lista es interminable. Como seres humanos, necesitamos verdadera amistad y armonía en nuestras familias, comunidades, países y en nuestro mundo, no hostilidad ni violencia de ningún tipo.
El 16 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de las Naciones Unidas, establece la paz, la justicia y las instituciones fuertes. Todos estamos llamados a participar y promover la paz en nuestra pequeña esfera para que la justicia sea para todos.
Las Religiosas de la Asunción a través de la comisión de JPICS (Justicia, Paz, Integridad de la Creación y Solidaridad) se comprometen al servicio de la vida. Nuestro mundo actual se enfrenta a muchos desafíos como las guerras, los conflictos, la afiliación política, las crisis económicas, la codicia, el hambre, los migrantes, la pobreza y los sobornos. Amando nuestro tiempo, nos comprometemos a construir y hacer de nuestro mundo un lugar mejor para vivir, como bien dijo nuestra fundadora, Santa María Eugenia: "La tierra es un lugar de gloria para Dios".
Uno de los seis objetivos de la AOSK (Asociación de Hermandades de Kenia) es ser Defensores de la Justicia y la Paz. El 6 de mayo de 2022, se celebró una reunión en el centro de la AOSK. Se reunieron personas de los barrios marginales más difíciles situados en Nairobi, Kenia. El tema era la educación cívica y principalmente cómo mantener la paz antes de las elecciones y después de las elecciones generales de agosto de 2022. Kenia se enfrenta a la violencia que continúa después de las elecciones.
La Asociación de Hermanas de Kenia, patrocinada por CRS (Catholic Relief Services), se unió a los Campeones de la Paz para hacer campañas de paz en todo el país. Como religiosas de la Asunción, no nos hemos quedado atrás, ya que dos de nosotras, las Hnas. Nancy y Virginia, formamos parte del grupo de Campeones de la Paz en Nairobi, para promover la paz entre nuestra propia gente. Sobre todo, reunimos a los jóvenes de 18 a 40 años de nuestros barrios marginales, que son siempre el objetivo de los políticos. Utilizan a los jóvenes, dándoles dinero para sus propios beneficios políticos y comprando así sus votos.
Los Campeones de la Paz se han dividido por localidades y en nuestra localidad, Dagoretti Norte, somos cuatro miembros, una mujer laica y tres hermanas. Hemos hecho un plan juntas y así hemos conseguido reunirnos con diferentes grupos de nuestra localidad para promover la paz.
Algunos de los temas tratados son
Los temas anteriores han sido nuestra manera de promover la Paz. Durante las reuniones de Paz, muchos compartieron sus experiencias pasadas que los dejaron traumatizados y en gran pobreza, y por tanto rezan y esperan que esta experiencia pasada nunca se repita. También estamos agradecidos a las muchas ONG (Organizaciones No Gubernamentales) que están ayudando al Gobierno de Kenia a predicar la paz en todo el país.
Cada uno de nosotros, yo y tú, somos responsables de actuar de forma pacífica. Evitar no hacer daño a nada ni a nadie de ninguna manera, ya sea de pensamiento, palabra o acción.
Rezamos para que nuestra lucha por unas elecciones pacíficas no se vean ahogadas por la violencia.
Srs. Virginia &Nancy
Campeones de la Paz.
Comunidad de Kawangware