El colegio de la Asunción de Guayaquil, abrió sus puertas y atrás quedó el vacío que provocó la Pandemia. Teníamos un sueño, tan fuerte que se hizo realidad y este era encontrarnos y abrazarnos nuevamente. Hoy los pasillos, patios, laboratorios y aulas de clases están llenos de la presencia de estudiantes, maestros, personal de mantenimiento, madres y padres de familia.
Es evidente que el inicio del año escolar, pondría en evidencia todo lo que hemos venido cargando a lo largo de este tiempo de pandemia, tanto nuestros estudiantes, sus familias e incluso cada uno de los que laboramos en la Unidad Educativa Particular De La Asunción. Ante esta realidad, hay certezas que surgen y salen de las conversaciones pedagógicas
Este regreso a la presencialidad no puede ser posible si no lo hacemos entre todos, por eso el lema de este año es que “Juntos escuchamos, caminamos y transformamos”, durante este inicio escolar se nos está regalando la certeza de que la vida es la gran oportunidad para continuar, de que no hay mayor gozo que el encuentro sencillo y la alegría del compartir. Cada espacio se convierte en la mejor excusa para desafiarnos a dar un poquito más, la milla extra. Estamos viviendo un buen momento de disponibilidad y buen ánimo entre todos. También reconocemos que vamos creciendo a nivel integral y que nuestros sentidos se van afinando para darnos el tiempo de acogernos y sabernos familia ASUNCIÓN.
Pero cada paso dado también nos pone en evidencia y reconocemos que “llevamos este tesoro en vasijas de barro” hoy la realidad de nuestros estudiantes nos desafía y nos pone retos. Después de la virtualidad es evidente la necesidad de la cercanía, siendo una llamada constante a estar presentes en el aquí y ahora para poder acompañar a nuestros estudiantes en cada paso y etapa de su vida. Surge de manera imperiosa la necesidad de sostener espiritual y emocionalmente a cada uno de nuestros alumnos, es importante priorizar y dinamizar el currículo planteado, para recuperar poco a poco el ritmo de profundización y de estudio utilizando nuestra filosofía y metodología. Hoy nuestra vocación de docentes nos llama a permanecer en comunidad para unir fuerzas y sobrellevar nuestras debilidades
JUNTOS ESCUCHAMOS, CAMINAMOS Y TRANSFORMAMOS solo se puede entender y vivirlo desde la comunidad, cada día que pasa confirmamos que la vida en el colegio es necesaria, que es la comunidad oportuna para aprender a servir y compartir con el otro, para curar los vacíos, para aprender a vivir en plenitud. Es en comunidad dónde nos evangelizamos y dónde Dios pasa siempre para transformarnos en el rostro humano de Dios.