La Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús mantiene viva en nuestra memoria una de las mayores gracias que Dios nos ha concedido: la entrega de Jesús por nosotros, que murió para salvarnos.
El Corazón de Jesús es una devoción profundamente arraigada en la tradición católica; este símbolo expresa de forma infinita el amor de Cristo por la humanidad y su entrega total por todos nosotros.
Es muy común encontrar en muchos hogares imágenes destacadas del Corazón de Jesús junto al Corazón de María, una representación que subraya la conexión entre ambos y manifiesta pureza, ternura materna y un amor respetuoso, fervoroso y constante.
La representación del corazón es, en sí misma, una forma humana de expresar las emociones, el latido de la vida y la importancia de ese órgano que, simbólicamente, transmite nuestras sensaciones más profundas.
Santa María Eugenia habla de “la tierra desconocida que es nuestra alma, donde es necesario comprometer a cada persona a avanzar. Hablar con frecuencia, y casi en exclusividad, de la fe, la esperanza y la caridad”.
La simbología del corazón cobra una fuerza especial entre los más humildes y vulnerables, donde las necesidades físicas a menudo parecen sobreponerse a las del alma.
Por ello, como cristianos y cristianas en la familia de la Asunción, necesitamos cultivar nuestra devoción al Corazón vivo y activo de Jesús, que se entregó plenamente en vida para salvar a la humanidad. Y con ello, renovar nuestra misión de evangelizar conforme al Evangelio de Jesucristo.
El Buen Pastor tiene un corazón grande, generoso, y conduce a su rebaño por “el camino seguro”, cuidando de cada uno con atención constante. Así debe ser también nuestro amor.
Socorro Sales Junio de 2025
📷Fotos: www.amomentwithchrist.com