El trabajo colaborativo permite una mejor apropiación del conocimiento, asà como un hermoso encuentro casi intergeneracional.
Llevo enseñando inglés en un instituto de la red Assomption desde 2008 y estoy a cargo de la especialidad de Lenguas, Literatura y Culturas Extranjeras en mi último año de bachillerato. ¿Cómo hacer que los adolescentes se den cuenta de que ya tienen un papel importante que desempeñar en su entorno? ¿Cómo podemos concretar su aprendizaje? ¿Cómo podemos ayudarles a madurar? ¿Cómo podemos apoyarlos en este proceso de construcción? ¿Cómo podemos fomentar su espÃritu creativo y artÃstico?
Todas estas son preguntas a las que me enfrento a diario en mi trabajo.
En el último año de la especialidad de bachillerato, uno de los "temas" obligatorios me ayudó a responder al menos parcialmente a estas preguntas: "Expresión, autoconstrucción- Iniciación, aprendizaje".
A través de obras pictóricas, de ficción, cinematográficas o basadas en hechos reales, mis alumnos han descubierto cómo el niño que llevamos dentro es guiado por un "modelo a seguir" y cómo también guÃa al adulto, manteniendo sus sueños y su mirada curiosa y esperanzada, sea cual sea el entorno, hostil o benévolo, aquà o en otro lugar, ayer o hoy.
¡Y todo esto en inglés, por supuesto!
Un colega mÃo también enseña inglés en una escuela secundaria en ParÃs y decidimos que nuestros estudiantes se "conocieran" entre sÃ, tan lejos y tan cerca unos de otros.
Los estudiantes de sexto grado escriben tarjetas de felicitación a los estudiantes de secundaria
Mi colega hizo que sus alumnos de sexto grado hicieran tarjetas de felicitación de Año Nuevo. Es una tarea que saben hacer durante el primer año de aprendizaje: presentarse a sà mismos, sus gustos, su familia, sus orÃgenes, sus aficiones, etc. Por lo tanto, pueden comunicarse con un tercero, aunque sea de forma sucinta. Su instrucción fue escribir una tarjeta de felicitación de Feliz Año Nuevo a un estudiante de secundaria, con el fin de presentarse y conocerse. También tenÃan que ilustrar su mapa: una obra completa, por lo que también requerÃan habilidades artÃsticas, porque el trabajo tenÃa que ser meticuloso a todos los niveles.
Mi colega me envió entonces sus tarjetas de estudiante, que yo distribuà a mis estudiantes. Estaban impacientes porque les habÃa dicho que tenÃa una sorpresa reservada para ellos y no sabÃan de qué se trataba, por lo que tenÃan mucha curiosidad por saber qué podrÃa ser esta famosa "sorpresa".
Luego repartà las tarjetas de los "pequeños" a mis "adultos" (a quienes llamaba mis "viejos" por diversión... La diferencia de edad entre un estudiante de sexto grado y un estudiante de último año es tan grande que casi hay una brecha generacional). Mis alumnos tuvieron que leer las instrucciones dadas a los alumnos de sexto grado y evaluar sus tarjetas, teniendo en cuenta el nivel esperado durante el sexto grado. No fue tan fácil como parece, porque hay que estar seguro de lo que se espera a este nivel. También era necesario hacer un comentario sobre el trabajo. El comentario tampoco fue fácil de escribir, ya que todos tuvieron que tener cuidado de ser justos y comenzar con un comentario positivo para alentar a los estudiantes a comprender lo que están haciendo bien para ayudarlos a mejorar en lo que no son buenos.
Los tutores de su último año de secundaria responden a los pequeños de sexto grado
Luego, a su vez, mis alumnos tenÃan que responder a su pequeño corresponsal utilizando giros de frase y vocabulario un poco más complejos que el utilizado por el alumno de sexto grado, con el fin de estimular el deseo de aprender sin desanimarlos con una expresión demasiado complicada de entender.
Al recoger los trabajos de mis alumnos, me conmovió ver la seriedad con la que se habÃan tomado su papel de tutores: las tarjetas eran todas más bonitas que las anteriores, algunos alumnos hicieron ilustraciones notables y todos ellos escribieron una ficha clara, simpática y muy personal. Muchos de ellos me hicieron preguntas durante el proceso de edición o al escribir para asegurarse de que no cometÃan un error. Dos estudiantes no estaban en la escuela secundaria el dÃa en que se debÃa entregar el trabajo, pero se encargaron de entregármelo a tiempo porque sabÃan que tenÃa que devolver todo rápidamente, ¡sabiendo que los "pequeños" estaban empezando a encontrar el tiempo largo!
Además, este trabajo no fue calificado (es difÃcil evaluar este tipo de trabajo de manera numérica), y sin embargo mis estudiantes lo hicieron con conciencia y se involucraron plenamente.
Se intercambiaron fotos grupales entre mi colega y yo, para que nuestros estudiantes pudieran seguir viéndose.
¿Qué conclusiones se pueden extraer de este trabajo colaborativo?
Hay muchos, por supuesto. La colaboración, la ayuda mutua, la cooperación, la coevaluación, todos estos valores esenciales para los procesos de aprendizaje se pusieron en primer plano en nuestras dos clases. El hecho de que no sean "recompensados" con una nota (especialmente en el caso de las chicas de secundaria, que están muy preocupadas por obtener buenos resultados para sus futuros estudios) muestra claramente una cosa: ¡nuestros adolescentes son mucho más altruistas y generosos de lo que nos hacen creer! Y no solo altruista, sino capaz de empatÃa, naturalmente: ponerse en la piel de alguien más pequeño que tú y saber darle lo que necesita para ayudarle a crecer (y crecer a ti mismo, por supuesto), ¡qué marca de madurez y humanidad!
Mi colega y yo solo tenÃamos que dar las herramientas necesarias para este trabajo, pero fueron nuestros propios alumnos los que lo hicieron, prueba de que tienen ganas de aprender, de crecer y de que evolucionan en un clima de confianza propicio para el aprendizaje.
Gracias a mi colega del Collège Saint Georges de ParÃs, y gracias, por supuesto, a mis alumnos de último año de la especialidad LLCER en el Lycée Saint Ambroise de Chambéry.
Â
Frédérique Lévêque y Elvire Crespo
Profesores de inglés en el Lycée Saint Ambroise-Assomption Chambéry
Palabras clave: metacognición- colaboración- ayuda mutua- tutorÃa- alegrÃa de compartir- altruismo