La Iglesia celebra hoy la memoria litúrgica de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, religiosa y mártir del siglo XX. Su camino de conversión estuvo marcado por una incesante y apasionante búsqueda de la verdad, preocupándole no sólo su verdad particular, sino la verdad como tal. Una verdad no en abstracto, sino, una verdad encarnada en las personas.
La búsqueda interior y el despertar de la fe
La pregunta por lo eterno, que resaltaba ante todas las cosas, la conduce a levantar el velo que cubría su mente y corazón. En medio de grandes tormentos, dudas que crecían cada vez más, luchas en solitario y diálogos entre la razón y la realidad, fueron cayendo los prejuicios racionales y la transformación se fue dando poco a poco. Aunque el entendimiento demoraba en ella la decisión, no podía cerrarse ya a la posibilidad de la existencia de Dios.
El descubrimiento del Dios amor
Al darse el cambio que puso fin a la búsqueda de la verdadera fe, concluye que Dios no es el Dios de la ciencia, sino que Dios es amor. Sólo la entrega es capaz de resolver todos los misterios. Sólo desde las profundidades del alma somos liberados y conducidos por el encuentro con Dios al propio interior y a lo más íntimo. Subraya así, la importancia práctica de la oración interior.
Una experiencia que resuena en Santa María Eugenia
Santa María Eugenia de Jesús, un siglo antes, había recorrido un camino que encuentra similitud en esta apasionada búsqueda de la verdad. Ambas experimentan la inestabilidad dentro y fuera, las dudas, el diálogo constante entre la razón y la realidad, un entendimiento que busca saberlo todo, analizarlo todo.
La entrega como camino de perfección
María Eugenia se rinde ante la gracia que recibe el día de su conversión. Desaparece todo lo que turba su espíritu y encuentra la calma y la luz. Comprende que el mayor bien es poseer la verdad y hay que darla a conocer. Nace en ella una nueva generosidad y una fe viva que nada puede quitar.
Adorar a Dios, servir a la Iglesia y enseñar la Verdad, definen su vocación y su camino a seguir. Nada puede atraerla más que el amor a Dios y el pensamiento de la perfección que exige esta opción por Jesús. Por tanto, un camino de conformarse a la verdad, buscar el amor perfecto, para aspirar y poseer a Dios.
Un mensaje compartido para nuestra vida
Estas dos mujeres de contextos diferentes nos dan una clave para un camino de libertad interior. La búsqueda de la verdad de Dios en uno mismo, nos conducirá siempre al encuentro con el Dios amor y nos llevará al interior de nosotros mismos, allí donde sólo Dios es capaz de revelarse y de colmar toda ansia y sed. Desde esta experiencia de humildad, de conformarnos al Dios amor, brotará el deseo profundo de servicio y entrega total.
Que el testimonio de estas dos mujeres nos impulse a vivir nuestra propia búsqueda de la verdad con confianza, profundidad y libertad interior. ¿Qué verdad estás buscando hoy tu corazón?
Hermana Yania Soto de León
Provincia de América Central y Cuba