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¡Unirse para fortalecer la comunión y la fraternidad!
La crisis sanitaria y de seguridad que atraviesan el mundo y los países de África Occidental desde hace cuatro años ha imposibilitado la tradicional reunión llamada "Asamblea de la Provincia". Este año, el Consejo Provincial tomó la decisión, aunque difícil de convocarla a pesar del desafío de seguridad en la subregión y particularmente en Burkina-Faso. Con fe y confianza, a pesar del miedo, cada comunidad partió el 29 de julio hacia el noviciado de las Religiosas de la Asunción en Bobo Dioulasso, en el sur de Burkina. No os podéis imaginar la alegría del reencuentro, y con razón: muchas hermanas llevaban cuatro o cinco años sin verse. No cabíamos en sí de gozo
Antes de entrar en el retiro anual previsto para el 5 al 14 de agosto, nos tomamos tiempo para acogernos y releer nuestra historia como provincia a través del tema: "Volver a las fuentes para consolidar nuestra identidad asuncionista y celebrar nuestra historia". En efecto, "nadie tiene derecho a borrar una página de la historia de un pueblo, porque un pueblo sin historia es un mundo sin alma". Celebrar nuestra historia provincial es hacerla nuestra para poder transmitirla a las generaciones futuras. Por ello, dimos gracias por la misión de nuestras hermanas en España, Francia, Filipinas y otros lugares. ¡Bendito sea el nombre del Señor!
Durante casi un mes, hemos vivido grandes momentos durante esta Asamblea Provincial, entre otros el retiro, inicialmente previsto para ser predicado por nuestra hermana Sophie Ramond, pero en el último momento por razones de salud no pudo ser; fue una hermana de Xavière, Monique Lorraine que vino del Norte de Costa de Marfil para predicarlo. Un retiro ignaciano basado en nuestros cinco sentidos y cada día con ejercicios espirituales para el cuerpo, una experiencia muy apreciada por todas. La gran fiesta de la Asunción, el 15 de agosto, fue la ocasión para el encuentro vocacional en las diferentes parroquias de la ciudad y vivir la solidaridad con nuestros hermanos y hermanas desplazados internamente a causa del terrorismo. Pero también hay que decir que, en la víspera de esta hermosa fiesta, celebramos las bodas de plata de nuestra hermana Georgette Danon.
Lo bueno es que todo ha terminado bien. El 21 de agosto, nos dispersamos con una cierta tristeza, ¡porque estábamos tan bien juntas! Que el año pastoral que se abre ante nosotros sea un tiempo de paz y alegría.
Hermana Marie-Madeleine AGONOU