Ayer como hoy, los desafíos sociales son múltiples y diversos. Santa María Eugenia, en su tiempo, frente a una sociedad marcada por profundas crisis como las desigualdades sociales, los cambios políticos y la progresiva secularización, albergaba un sueño muy querido: dar a conocer y amar a Jesucristo mediante una educación transformadora. Por eso afirmaba: «Mi mirada está toda en Jesucristo y en la extensión de su Reino».
En este mes de noviembre, hemos conmemorado el pasado día 9 la celebración de la primera Eucaristía en la Asunción. Recordamos, con una profunda esperanza, que Cristo habita en nuestra Casa para vivificarla y transformarla, para que sea portadora de vida para el mundo; para que su Reino llegue a nosotros y a nuestro alrededor. Esta centralidad de Cristo en nuestra vida reaviva la conciencia del respeto por la dignidad de toda persona humana.
Hoy, los desafíos han evolucionado, pero persisten algunos ecos: las crisis sociales y ecológicas; el individualismo y la pérdida de referentes; la tecnología y la ética… Las Religiosas de la Asunción continúan llevando en alto la antorcha de la fe para hacer posible una sociedad más justa y fraterna. A través de toda nuestra vida y mediante nuestros distintos compromisos, deseamos inspirar y animar a nuestros allegados y colaboradores a trabajar por humanizar la globalización y la revolución digital, reafirmando la dignidad, la solidaridad y la responsabilidad hacia la creación.
Hermana Lucie Emmanuel MOMO, ra
Provincia de África Central