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Encuentro de Rekha con las junioras de la Provincia de Centroamérica y Cuba

E eventLunes, 22 Julio 2024

El día 8 de septiembre, las nueve junioras de la Provincia de Centroamérica y Cuba provincia nos encontramos en Los Planes de Rendero, El Salvador, para tener  un encuentro muy ameno con nuestra hermana Rekha Chennatu, superiora general de la Congregación, con la cual compartimos nuestras diferentes experiencias vividas en las distintas comunidades durante esta etapa del juniorado.

Rekha, desde su experiencia de vida y su encuentro personal y profundo con Jesús, el Cristo, nos habló de diferentes aspectos para continuar dando una respuesta alegre y generosa al Señor, que día a día nos llama e invita a renovar la alianza que cada una de nosotras ha hecho.

Entre los temas dialogados estaban el desprendimiento gozoso,  mantener la mirada fija en Jesucristo y ser auténticas, viviendo en plenitud nuestra consagración como religiosas de la Asunción. Para ello, nos invitó, además, a vivir nuestra libertad interior y profundizar nuestro encuentro con Dios, fuente y fin de nuestras vidas y entrega.

Nos invitaba a escribir y vivir nuestra mejor versión de nosotras a manera personal, y a soñar nuestra provincia, es decir, nos invitaba a proyectarnos para vivir de la mejor manera nuestro entrega a Dios y poder construir su reino en y desde las diferentes realidades donde cada una presta su servicio.

Nos recordó que el reino de Dios tiene tres dimensiones, una personal que nos debe llenar de paz, alegría y debe integrarnos a nosotras mismas; una dimensión comunitaria que nos debe llevar a la escucha, al respeto y a construir juntas la comunidad, y una dimensión social, que nos haga buscar la justicia y la humanización en la misión.

Por último, también nos animaba a no temer los retos, a asumir con alegría y generosidad la misión que a cada una se nos ha encomendado y a ser hermanas de todas, teniendo presente que el ingrediente que nos debe mover en todos los aspectos es el amor. Sin duda alguna, fue un paso de Dios por nuestras vidas, una brisa del espíritu que vino a refrescar nuestro barro que cada día desea entregarse al Señor.