En el contexto del auge del nacionalismo en Europa, es a veces inapropiado, y tal vez incluso peligroso, hablar de unidad nacional y ciudadanía. En Lituania, en la escuela del Beato Teófilo Matulionis, tenemos la oportunidad de vivir esto como experiencia positiva de construcción de la comunidad. Un poco de historia: el 1º de enero de 1918, un mes antes de la restauración del Estado lituano, un grupo de resistentes que luchaban por la independencia izaron una bandera lituana - amarilla, verde y roja - en la torre del Castillo de Gediminas, símbolo del Estado. Ondeó sólo unos pocos días, hasta que los bolcheviques arrancaron las rayas amarillas y verdes e izaron la bandera roja comunista. Después de eso, hasta el siglo XXI, esta bandera fue izada más de una vez y bajada de nuevo por los regímenes de ocupación. Ahora lleva ya ondeando libremente por más de 30 años. El 1º de enero se celebra el Día de la Bandera y cada año se elige una escuela lituana que se haya distinguido por su educación en el patriotismo y los valores cívicos para recibir y conservar la bandera del año que termina. Este año, la bandera fue entregada a nuestra escuela de la Asunción, la escuela de Beato T. Matulionis. Un gran número de estudiantes, profesores y padres participaron en la ceremonia, que fue una hermosa expresión de sano patriotismo, ni vengativo ni triunfalista, sino popular, serio y feliz. La escuela sigue hablando de este evento. Es un símbolo que envía un mensaje a los estudiantes: Lituania es ante todo la gente que vive en ella. ¿Qué puedo hacer por Lituania? Un acontecimiento comunitario cercano permitirá concretizar esto: la donación de sangre el 13 de enero, a la que están invitados los alumnos mayores, los padres y el personal. El 13 de enero se recuerdan las muertes que ocurrieron en la torre de televisión en 1991 en el momento de la segunda independencia.
¿Qué tiene que ver el espíritu comunitario con estas acciones cívicas? Para el hombre moderno, por más autónomo y de identidad fluida que sea, es muy importante la pertenencia. Tener comunidades con las que se identifique. Estas comunidades pueden ser muy diversas, desde el vecindario o la clase hasta la nación, el estado o los que luchan por el clima. Aunque en el siglo XXI nos hayamos alejado de la lógica del Estado-nación y hablemos más de ciudadanía que de nacionalidad, esto no niega la necesidad de "pertenecer" a algo. A través de estos acontecimientos, hemos tenido una experiencia positiva de comunidad - nación, comunidad - sociedad civil. Una comunidad de la que estamos orgullosos y donde nos sentimos comprometidos. Porque en una verdadera comunidad, no basta con "sentirse bien" con personas afines, sino que la comunidad compromete, te invita a responsabilizarte de los que te rodean. Esperamos que nuestros estudiantes aprendan sobre la comunidad cívica a través de estas experiencias de ciudadanía.
Hermana Kotryna - Danguolė Gervytė, Vilnius
Créditos de las imágenes: Alfredas Pliadis