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La cultura ecológica no puede reducirse a una serie de respuestas urgentes y parciales a los problemas inmediatos de contaminación, degradación ambiental y agotamiento de los recursos naturales. Es importante tener una forma distinta de ver las cosas, pensar en políticas, programas educativos, desarrollar un modo de vida alternativo y una espiritualidad que en conjunto generen resistencia a los embates del paradigma tecnocrático. (Laudato Si' ).
Empujados por el Espíritu, arriesguemos en las fronteras, al servicio de la vida. (Cap. 1018). La granja de Maluga abre un nuevo capítulo en la vida de nuestra provincia. Esta granja se encuentra en Maluga en la parroquia de Iguguno en la diócesis de Singida. Aconsejada por el Reverendo Desderius Rwoma, antiguo obispo de Singida, la provincia compró la tierra que cubre 112 acres (unas 45 hectáreas). La provincia, en colaboración con las dos comunidades de Singida, se encarga de la granja. Es tierra virgen, así que hay mucho que hacer.
La región de Singida sólo tiene una estación de lluvias al año, esto significa que la mayor parte del tiempo la zona está seca. La mayor parte de la tierra es un suelo arenoso que no retiene el agua por mucho tiempo. La destrucción del medio ambiente deja una huella ecológica. A veces tenemos demasiada lluvia, como este año, y algunas personas pierden la vida, mientras que otras veces hay muy poca lluvia para conseguir que los cultivos maduren.
El sueño de nuestra provincia es hacer de Maluga un centro de educación, para cuidar de la Madre Tierra. Nos sentimos llamadas a educar a nuestra gente acerca de la vida y la belleza de otras criaturas, además de las de los seres humanos. Hemos empezado a plantar árboles y queremos protegerlos de la gente que los corta para hacer carbón. No será una tarea fácil, porque el único combustible que tienen para cocinar es el carbón o la leña y ambos provienen de los árboles.
La gente que vive aquí son pastores que tienen muchas vacas y cabras. Después de la cosecha, los animales están libres para buscar comida en cualquier lugar. Esto significa que tenemos que poner una valla para proteger los árboles y las frutas. Tenemos un pozo que nos ayudará pero también proporcionará agua a buen precio a nuestros vecinos y a su ganado.
En nuestro vecindario no hay ninguna escuela para educar a los niños. A los chicos se les enseña a cuidar las vacas y a las chicas se les prepara a una edad temprana para el matrimonio. Con el tiempo, esperamos tener una escuela para niños y si es posible, incluso para adultos. De hecho, el deterioro del medio ambiente y de la sociedad afecta a las personas más vulnerables del planeta. (Laudato Si 34)
Somos conscientes de los desafíos que nos esperan porque todo esto que pretendemos va en contra de lo que hoy llamamos desarrollo. Sin embargo, no nos desanimaremos porque Cristo dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". »
Agradecemos a Dios y a todas las personas que han contribuido de una forma u otra a hacer de esta tierra lo que es hoy. Esperamos y rezamos para que esto sirva a la sociedad en la que estamos insertos y haga del universo un lugar mejor para vivir.