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Pequeños gestos que cuidan el planeta

P eventMiércoles, 24 Septiembre 2025

La urgencia del cuidado de la creación

El Papa Francisco, en su encíclica Laudato Si’, nos recuerda que nuestra casa común —la tierra— no es propiedad para explotar, sino un don para proteger, un entorno que clama por nuestra responsabilidad. Él escribe: “Esta hermana tierra clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella.” (Laudato Si)

También que todo está conectado: los ecosistemas, los seres humanos, los pobres, el ambiente. Cuidar el planeta es cuidar al hermano y la hermana humana. (Laudato Si)

Desde la espiritualidad de la Asunción, aprendemos una tríada esencial: oración-comunidad-misión, una vida sencilla, fraterna, abierta al servicio, con el Reino de Dios como horizonte. En esa visión, los pequeños gestos cotidianos no son secundarios: son expresión concreta del amor, de la conversión interior, del testimonio de fe. (Por qué orar por la Creación)

La conexión con la espiritualidad de la Asunción

Las Religiosas de la Asunción, y quienes comparten su carisma, vivimos la espiritualidad con estos rasgos: sencillez de vida, fraternidad, corresponsabilidad, apertura al mundo.

María Eugenia de Jesús, decía que “el mundo no es lo suficientemente grande para mi amor”, una frase que revela un corazón que abraza la creación como don, como espacio de servicio y misión. (Assumpta)

Asimismo, en la Asunción se invita a que la oración no sea algo aislado, sino que nos lleve a la misión: cuidar, sanar, proteger. Orar por la creación no sólo da gracias, sino que transforma al que ora y lo impulsa a la acción. (Por qué orar por la Creación)

Claves para reflexionar

  • En el Génesis, Dios crea la tierra, el mar, las plantas, los animales, y ve que es bueno. El ser humano es encargado de “cultivar y guardar” el jardín (Gn 2,15). Ese mandato fundacional nos sitúa como guardianes, no como explotadores.
  • Pablo en Romanos 8,22 dice que “la creación gime” esperando la liberación. Es un clamor que incluye a todos, también al ambiente.
  • Jesús enseña valores de sobriedad, gratuidad, cuidado al prójimo (cf. Mateo 6:26-30; Lucas 12:22-31). Es un estilo de vida que rechaza el desperdicio y ama lo simple.

Consejos prácticos: ¿qué puedo hacer yo desde mi realidad?

Cada persona, religioso o laico, tiene posibilidades distintas. Aquí algunos gestos pequeños pero poderosos:

  1. Reducir el consumo de plástico de un solo uso. Usa bolsas reutilizables, botellas de material duradero, evita productos con demasiado empaque.
  2. Separar residuos correctamente. Invierte tiempo en aprender cómo reciclar bien donde vives. Compostaje si es posible. Evitar tirar lo orgánico con lo no reciclable.
  3. Ahorrar energía. Apaga luces innecesarias, desconecta aparatos cuando no los uses, utiliza bombillas de bajo consumo, ventila en vez de usar aire acondicionado excesivo.
  4. Elegir lo local y lo sostenible. Comprar productos de proximidad, orgánicos, apoyar productores pequeños. Evitar trasladar alimentos desde lejos si no hace falta.
  5. Cuidar el agua. No dejar grifos abiertos, duchas cortas, recoger el agua de lluvia para regar si es viable, reparar fugas.
  6. Transporte responsable. Caminar, usar bicicleta, transporte público, compartir coche, si es posible usar vehículos menos contaminantes.
  7. Conciencia comunitaria. En tu parroquia, comunidad, escuela: promover campañas de limpieza, plantar árboles, organizar encuentros de reflexión ecológica, involucrar jóvenes.
  8. Oración y contemplación. Reservar momentos para contemplar la naturaleza, reconocerla como obra de Dios, agradecerla. Eso alimenta el compromiso y nos da fuerza para seguir con constancia.

Los pequeños gestos suman. Lo que parece modesto en lo individual, cuando se multiplica, puede transformar hogares, comunidades, ciudades. Inspirados por Laudato Si’ y por la espiritualidad de la Asunción, somos llamadas y llamados a vivir con sencillez, con gratitud, con responsabilidad.

Que cada día construyamos juntos un estilo de vida que cuide la casa común, aliente la fraternidad, honre al Creador en cada criatura.

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Almudena de la Torre

Equipo de Comunicación