El 1 de octubre de 2022, en la diócesis católica de Moshi (Tanzania), comenzamos el mes dedicado al Santísimo Rosario, con una procesión que llevaba la estatua de la Santísima Virgen María.
Antes de la procesión, nuestro Obispo Ludovick Joseph Minde (ALCP/OSS) nos recordó cómo María puede enseñarnos a permanecer fieles a nuestra fe y al seguimiento de Jesús en nuestras familias, comunidades y en la Iglesia en su conjunto.
En la lectura de Jn2,1-11 (bodas de Caná), la Santísima Virgen María, como madre, fue la primera en darse cuenta de la escasez de vino e inmediatamente suplicó al hijo. El Obispo insistió en que el rezo del Rosario nos ayudará a poner a Cristo en el centro como lo hizo la Virgen María.
En la Regla de Vida de las Religiosas de la Asunción, todos los capítulos comienzan con Jesucristo y terminan así; en María.........., como María............, con María.........., María......... Esto implica que la Santísima Virgen María es nuestro modelo como seguidores de Cristo que están llamados a actuar según sus palabras "Haced lo que él os diga"
La hermosa oración del Rosario puede acercarnos a Jesús y a María mientras meditamos los grandes misterios de nuestra salvación. Acerquémonos a nuestra Madre con el corazón abierto y con confianza. Ella es nuestro refugio y está dispuesta a acogernos como sus hijos. Antes de la muerte de Jesús, él nos confió a nosotros, es decir, a toda la Iglesia, a su madre cuando dijo: "Mujer, éste es tu hijo" y a su discípulo amado (cada uno de nosotros) "He aquí a tu madre".
Los que rezan el Rosario saben que es una "oración repetitiva". Esto es cierto. Es como dos personas enamoradas que nunca se aburren ni se cansan de decirse: "¡Te quiero!". La Santísima Virgen María une sus oraciones a las nuestras como lo hizo con los apóstoles en el aposento alto mientras esperaban la efusión del Espíritu Santo como Jesús les había prometido.
No pierdas el momento. Invita y acompaña a nuestra querida Madre María y enciende tu fe.
Hna. Stella Matutina John
Comunidad de la ciudad de Moshi