Las fechas del 11 al 14 de agosto de 2024 fueron de gran importancia para nuestra Provincia de Ruanda-Chad. Tuvimos la alegría de reunirnos en provincia, junto con algunos laicos que participaron en el Capítulo a tiempo parcial, para reflexionar sobre la vida de nuestra provincia —ayer, hoy y mañana— a la luz de las orientaciones del Capítulo General celebrado en Auteuil del 29 de junio al 28 de julio de 2024. Nuestras tres hermanas y el laico delegado al Capítulo tuvieron la oportunidad de compartir con nosotras la experiencia que vivieron durante ese tiempo.
Tuvimos la oportunidad de trabajar los documentos del Capítulo y contextualizarlos, buscando, a través de un enfoque sinodal, cómo las llamadas que sentimos pueden ser vividas en nuestras comunidades y lugares de misión. Gracias al trabajo en grupo y a los talleres que estructuraron nuestro tiempo juntas, todas tuvimos la oportunidad de expresarnos, compartir nuestras reflexiones y definir la dirección que percibimos como llamada personal, comunitaria y provincial, para los próximos seis años (en espera del Capítulo Provincial programado para diciembre). La reflexión sobre nuestra realidad nos llevó a darnos cuenta de que el Espíritu nos impulsa a avanzar y nos invita a salir de nuestras zonas de confort para abrazar el cambio exigido por la misión profética a la que estamos llamadas.
Cada hermana expresó su alegría de formar parte de la congregación y de contribuir a la vida de esta familia que formamos, poniendo especial énfasis en el cuidado que debemos tener las unas las otras y hacia la congregación.
Las hermanas más jóvenes expresaron su deseo de canalizar sus energías vivas hacia el Reino y la vida de nuestra Congregación: “Esperamos de ustedes, queridas hermanas mayores, que confíen en nosotras y nos brinden una formación sólida para una misión más eficaz”.
Las hermanas de mediana edad dijeron: “Durante nuestro encuentro, nos dimos cuenta de nuestra necesidad de seguir formándonos y de alimentarnos de la luz para poder compartirla. Aspiramos a vivir nuestra consagración de manera auténtica para apoyar a las más jóvenes. Queridas hermanas mayores, haremos todo lo posible para apoyarlas en sus momentos de debilidad y asegurar su bienestar”.
Las hermanas de más edad expresaron su alegría al ver llegar a las nuevas generaciones a la congregación y de dar la bienvenida a los cambios de los tiempos presentes. Están decididas a preservar cuidadosamente el tesoro de la familia de la Asunción y a transmitirlo a través de sus vidas consagradas a Cristo.
Concluimos nuestro encuentro con la celebración de la Misa, durante la cual, como Asunción Juntos, recibimos solemnemente el documento final del Capítulo General. Damos gracias a Dios, quien, a través de Su Espíritu, continúa guiando nuestros pasos hacia el cumplimiento de Su voluntad para nuestra Congregación.