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Provincia de Rwanda-Tchad: Nuestra Señora de Kibeho

P eventMiércoles, 03 Julio 2024
  Nuestra señora de kibeho Camino que conduce al misterio de la navidad

El período comprendido entre el 28 de noviembre de 1981 y el 28 de noviembre de 1989 en Kibeho, al sur de Ruanda, constituye un momento tan importante en el que el cielo se inclinó sobre el mundo. La Virgen María se apareció por primera vez a Alphonsine Mumureke, estudiante del colegio KIBEHO. Mes y medio después, otras dos estudiantes de la misma escuela, Nathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukangango, tuvieron también apariciones. Ante estos acontecimientos extraordinarios, las autoridades eclesiales crearon una comisión médica y luego una comisión teológica para seguir de cerca este fenómeno de las apariciones. De la larga lista de videntes, la Iglesia sólo conserva como auténticas, tres: son los que responden satisfactoriamente a los criterios establecidos por la Iglesia en materia de apariciones y revelaciones privadas; no hubo nada dicho o hecho por ellos durante las apariciones que fuera contrario a la fe o a la moral cristiana; su mensaje, cuyo contenido sigue siendo coherente, pertinente y ortodoxo, se une con satisfacción a las Sagradas Escrituras y a la Tradición viva de la Iglesia dando frutos espirituales en todo el país, la región y el mundo entero. La Virgen María conversaba con las jóvenes con el amor tierno de una madre, hablándoles de la vida ordinaria de la clase, de la familia, de los comportamientos en la sociedad, etc. También les hablaba con un alto nivel teológico en el que les confió un mensaje tan querido para nosotros los destinatarios.

Durante la primera aparición a Alfonsina, la Virgen María, respondiendo a la pregunta de la vidente, dijo ella misma: “Yo soy la Madre del Verbo” y poco después a Nathalie “No temas, es la Madre de Dios quien te habla. Esto es lo que os dije cuando vine por primera vez, diciendo que soy la Madre del Verbo”. Este término “Madre del Verbo”, tan raro y poco utilizado en la devoción mariana, ha sido uno de los elementos que han confirmado la validez del mensaje de Kibeho. Inscrito en el misterio de la Encarnación, centro del mensaje de Kibeho, nos habla de la Maternidad Divina de la Virgen María, su misión de corresponder a la intención salvífica de Dios y de acompañar su realización a lo largo de la historia. En Kibeho, la madre del Verbo nos mostró que sigue cumpliendo su rol, el de dar a los hombres al Verbo para que participen de la divinidad de Cristo y así se conviertan en hijos de Dios. En Kibeho, María recordó que la palabra de su Hijo no fue acogida. Su mensaje se centra en la urgencia de la conversión de los corazones, advirtiéndonos del riesgo que corre el mundo que se encamina hacia su ruina al rebelarse contra Dios, al querer vivir sin Él. “Arrepiéntanse, arrepiéntanse, arrepiéntanse mientras todavía hay tiempo”, repitió ella. Para el padre François Harerimana, rector del Santuario de Nuestra Señora de Kibeho “El mensaje de Kibeho tiene un nombre, es el Verbo de vida que debe ser acogido mediante la conversión del corazón, el regreso sincero y sin demora a Dios y en la oración sin hipocresía. ". En Kibeho, la Virgen María nos recomienda el rosario de los siete dolores recitados antiguamente, pero que últimamente se ha olvidado. La Madre del Verbo está muy angustiada por la incredulidad y la impenitencia de los hombres. Las videntes dicen que la vieron llorar el 15 de agosto de 1982. Ese mismo día vieron correr mucha sangre en Ruanda, lo que sucedería 12 años después con el Genocidio. La Madre del Verbo lo había advertido llamando a la conversión y a la oración por el mundo y por la Iglesia. Madre tierna, intervino en el momento más duro de la historia de Ruanda, quiso librarnos del desastre, pero nadie la escuchó.

Las apariciones de Kibeho fueron reconocidas por la Iglesia el 29 de junio de 2001. Son, por tanto, las primeras reconocidas oficialmente en el continente africano. Hablar de la Madre del Verbo en este tiempo de celebración navideña nos invita a acoger el Verbo y su Palabra de Vida en nuestras vidas y nuestras realidades y a llevar esta Buena Nueva de salvación a nuestro mundo de hoy.