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"Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del mensajero, el que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que anuncia la salvación, y que dice a Sión: "¡Tu Dios es rey”! Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión." Isaías 52:7-8
Al conocer el anuncio de la visita del Consejo General a nuestra provincia, nos pusimos en marcha. Pero una pregunta que estaba en boca de todos: ¿esta visita sería realmente presencial o por Zoom? Solo Dios lo sabía. Lo más importante era prepararse para ello. Cada comunidad y cada obra de la provincia se preparó por la oración y la apertura del corazón para dar a nuestras hermanas una acogida digna de África: cálida, cordial y llena de delicadeza. Hemos vivido la experiencia descrita en Isaías 52, hemos visto con nuestros propios ojos la presencia del Señor que vino a visitarnos a través de nuestras hermanas del Consejo General. Nuestros corazones están llenos de alegría y gratitud. El gran símbolo que se les reservó fue el "agua vertida" que atravesaron como signo de paz. Las imágenes lo dicen todo. Para mostrar nuestra alegría, se realizaron distintos bailes en su honor.
Nuestras hermanas del Consejo General desafiaron la crisis sanitaria y de seguridad que prevalece en nuestra subregión, aguantaron el ajetreo de viajar de un país a otro. Les agradecemos este hermoso gesto de fraternidad que les hizo ver con claridad nuestra realidad. En efecto, tras la retirada de Kissidougou en Guinea, nuestra provincia de África Occidental sólo cuenta con cinco países: Costa de Marfil, Burkina Faso, Benín, Níger y Togo. Experimentaron la diversidad de culturas, la alegría de vivir juntas, la solidaridad y la generosidad africana, a pesar de las condiciones climáticas.
Como dice un proverbio togolés, "son los pies los que crean la fraternidad". Qué hermosos son los pasos de nuestras hermanas que vinieron a fortalecernos y a bendecirnos. Su visita nos dio nuevas energías y un nuevo aliento a nuestra vida religiosa "asuncionista" y a nuestra misión de educación transformadora. Que reciban un profundo agradecimiento por todo lo vivido; y que Dios sea bendecido y glorificado. Amén.
Hna. Marie-Madeleine A. RA