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Editorial #Assumpta - nº3

E eventDomingo, 17 Noviembre 2024

 

PLAN PARA RESUCITAR – LA NUEVA NORMALIDAD – MARÍA EUGENIA DE JESÚS Y LA ESPERANZA

Cada vez somos más conscientes de que estamos atravesando un tiempo de crisis; estamos sumergidos en un escenario de cambios profundos y de consecuencias importantes para toda la humanidad.

La Pandemia COVID – 19 nos ha tomado por sorpresa sin estar preparados y ha venido a llenarnos de confusión, inseguridad, miedo…develando una dramática realidad que nos afecta a todos, por un lado, casi sin hacer distinción, aunque por otro, evidencia la injusticia y la inequidad del mundo que hemos construido.

La experiencia de confinamiento, de silencio, de falta de libertad, de temor e incertidumbre; de impotencia y de dolor, está siendo, sin embargo, un tiempo en el que Dios también actúa en cada persona, en el mundo y en la Creación… Hemos de reconocer esta acción y esperemos que verdaderamente nuestra vida esté cambiando.  Este tiempo nos ha traído la oportunidad de una vida nueva, de resucitar y de re inventarnos siendo creativos, encontrando soluciones para vivir, relacionarnos, aprender, comunicarnos, compartir, apoyarnos, celebrar y vivir nuestra fe.  

La Luz ha iluminado nuestra experiencia de indecisión y oscuridad a través de tantas personas: hombres, mujeres, jóvenes y niños que de una y otra manera están siendo luz en sus comunidades, en sus familias y lugares de trabajo; están dando esperanza desde grandes y pequeñas acciones: cuidando enfermos, investigando soluciones sanitarias accesibles para todos, buscando alternativas económicas, educando y acompañando el desarrollo de las nuevas generaciones, especialmente de los más pobres y abandonados de la tierra.

Ellos son una inspiración para que nosotros también nos decidamos a definir de una vez un plan de vida, un plan de esperanza, un compromiso determinante de vida, pasión y entrega, dándonos totalmente y como nos lo recuerda María Eugenia de Jesús: “He decidido darme, no prestarme”.

Esperaríamos que nuestra “nueva normalidad” rompa con nuestra antigua normalidad. Aquella que nos instaló, nos acomodó, nos alejó del dolor, nos cegó para no ver las injusticias y nos endureció para no sentir el dolor de tantos hermanos y hermanas… ¡Es hora de un nuevo amanecer!, ¡Es hora de una nueva vida!, ¡Es hora de llenarnos de esperanza y de transmitirla!

Veamos nuestro mundo con una nueva mirada, dejemos que nuestro corazón y nuestras entrañas se conmuevan y desde una pasión renovada “amemos nuestro tiempo”, sí amémoslo sin límites y seamos creativos para vivir y hacer posible una vida plena para todos, desde nuestras relaciones cálidas y humanas, desde decisiones determinantes y comprometidas, y desde nuestras respuestas concretas a través de nuestra misión de educación transformadora.  

Maria Eugenia supo ver con realismo y valentía la realidad de su tiempo, lejos de huir de él  lo amó y sintió fuertemente la llamada de transformarlo desde una pasión por Jesús, y la convicción de que la educación sería el medio para transformar la sociedad, resaltando en su vida la fe, la confianza en la Providencia, el deseo de unión con el Señor, amor al servicio y fidelidad a la vocación.

COVID-19 nos está develando una vez más la realidad de nuestro mundo, de nuestro tiempo, del ser humano. Ahora es necesario que nosotras también nos preguntemos ¿Cómo estoy viviendo este tiempo? ¿Cómo lo estoy amando?  ¿Qué podemos hacer?: “Dios ha hecho tanto por mí que quiero hacer algo por Él”. (Santa María Eugenia de Jesús)

Es fundamental conectar con la Fuente, solo desde Dios y para Dios podremos vivir con sentido y esperanza, con pasión y entrega, con amor y libertad, las grandes llamadas de nuestro tiempo y las respuestas que hemos de dar.

Desde que inició este tiempo de Pandemia he constatado que detrás de todo esto hay oportunidades de vida:

  • La persona:

Más que “protegernos” y “distanciarnos” es fundamental fortalecer el interior, el sentido de “la experiencia de Dios”; fortalecer las relaciones, la dimensión emocional, el amor, la ternura, la solidaridad. Para el cuerpo aprender a alimentarse y nutrirse, la actividad física, el descanso, el trabajo; formar el pensamiento a través del estudio, la reflexión, el análisis… Como hijas de María Eugenia seguir su ejemplo de fe profunda, oración tajante que debe impulsarnos a trabajar en medio de esta dura realidad, con firmeza, fidelidad y pasión centrada en Jesucristo y la extensión del Reino.

  • Nuestra misión de educación transformadora:

Durante los últimos años hemos venido reflexionando, compartiendo, enriqueciendo, actualizando esta dimensión fundamental de nuestro carisma. El mundo y las respuestas educativas cambiaron de la noche a la mañana desde marzo de este año, esto es algo que jamás imaginamos y para lo cual no estábamos preparados. Desde diversas realidades y con grandes diferencias de oportunidades entre los países del norte y los países del sur; entre las instituciones educativas con recursos y los sistemas educativos públicos en condiciones de precariedad y abandono por los Estados de los países subdesarrollados, vemos cómo se ensancha la brecha de la inequidad entre los niños y jóvenes del mundo de hoy. Es ahí, en este mundo interconectado, donde hoy podemos encontrar una oportunidad y una opción por la vida, por la justicia, por la equidad y por la esperanza desde nuestras acciones educativas, y desde nuestras respuestas creativas generadoras de vida.

 

Esta segunda edición de nuestra revista Asunción nos abre los ojos, a través de las experiencias, reflexiones y aportes, para enfrentarnos a ese nuevo mundo que se reconoce diferente, luego de ser sacudido por la pandemia que ha puesto al descubierto las sombras más oscuras de una sociedad egoísta, ambiciosa y prepotente, que es necesario transformar.