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Provincia de Africa del Este: Renovando nuestra historia de amor con Dios

P eventSábado, 25 Octubre 2025

La formación inicial en la Congregación de las Religiosas de la Asunción es una prioridad. Es un tiempo dedicado al crecimiento y desarrollo de aquellas personas que desean responder con confianza y libertad a su vocación como futuras religiosas de la Asunción. Este proceso implica un tiempo profundo de oración, vida comunitaria, estudio y discernimiento, con el fin de ayudar a la persona a crecer en la fe y así estar en condiciones de tomar una decisión personal hacia el compromiso de una vocación religiosa para toda la vida.

Las diferentes etapas de la formación inicial son: Aspirantado, Postulantado, Noviciado y Votos temporales. Estas etapas son esenciales porque representan un modo de profundizar en nuestro compromiso bautismal; un tiempo de intimidad con Dios, de vivencia y comprensión del carisma de la Congregación, así como de crecimiento espiritual y humano.

Nosotras, las jóvenes religiosas de la Asunción, vivimos actualmente el tiempo de los votos temporales. Después de emitir nuestros primeros votos de pobreza, castidad y obediencia, permanecemos en esta etapa de formación durante al menos seis años antes de los votos perpetuos. Es un tiempo de discernimiento continuo de la llamada de Dios a la vida religiosa. Estos tres votos son también conocidos como los consejos evangélicos.

Durante nuestras sesiones de junio de 2025, fuimos fortalecidas, despertadas, recordadas, interpeladas, iluminadas, renovadas e incluso desafiadas por nuestras formadoras. Todo ello nos permitió experimentar una unión más profunda con Dios y un mayor sentido de pertenencia a la Congregación de las Religiosas de la Asunción. Las palabras de nuestra fundadora, Santa María Eugenia de Jesús —«Quiero darme, no prestarme, a Jesucristo»— ardían en nuestros corazones.

La sesión sobre la Educación Transformadora en la Asunción, en sus diversos campos (escuelas, pastoral, educación no formal, acompañamiento y orientación de jóvenes), nos hizo más conscientes del contexto del mundo en el que vivimos hoy. Como educadoras, nos sentimos llamadas a hacer de nuestro mundo un lugar mejor, donde Cristo sea conocido y amado. Deseamos ser hijas fervorosas de Santa María Eugenia, comprometidas y apasionadas, con el ardiente deseo de llevar el Reino de Dios a muchas personas que han perdido la esperanza, que buscan paz, justicia, seguridad y amor.

La sesión sobre Protección y Salvaguardia llamó especialmente nuestra atención, pues es responsabilidad de cada una de nosotras proteger a los niños, jóvenes y adultos vulnerables. Toda persona tiene derecho a estar protegida de cualquier daño, abuso o negligencia, y a ser empoderada para acceder a los servicios que necesite. Recordamos las dificultades que nuestras hermanas fundadoras enfrentaron en los inicios de la Congregación, cuando Santa María Eugenia decía: «Mi corazón es como un mar agitado». En medio del caos, ella creyó firmemente que, a través de la educación, la sociedad podría transformarse.

Otros temas tratados incluyeron la Vocación, La presencia de Dios en mí, Las pequeñas reglas en la Asunción, La celebración del Misterio Trinitario, El espíritu de familia en la Asunción y Los valores de la Asunción. Expresamos nuestra gratitud a nuestras hermanas fundadoras y mayores al visitar los lugares históricos de la fundación de la Asunción en África Oriental: Mandaka, Maili Sita y Kibosho. Fue un privilegio poder contemplar en la realidad lo que habíamos aprendido en teoría.

En este Año Jubilar 2025, la Iglesia Católica nos llama a ser “Peregrinos de la Esperanza”, a pesar de nuestras heridas pasadas, de las guerras que continúan, de la inseguridad, del desaliento, la discriminación, la desesperanza y los juicios injustos. Estamos llamadas a ser signos de esperanza, con pequeños gestos de bondad, apoyo, apertura a los demás, aceptación de las diferencias y práctica de la paciencia.

Cada una de nosotras tiene una historia de amor con Dios; busquemos maneras sencillas de renovarla, pues es una oportunidad para actualizarnos, reajustar nuestra vida y reconectar con nuestro propósito.

Por la Hna. Adria Mgoo, en nombre de las Hermanas Jóvenes