Carlos Arense después de toda una vida al servicio de la Provincia y de la Congregación comienza una nueva etapa del camino de su Vida.
En la casa provincial, en Olivos hubo fiesta. Lola Herrera, como provincial, su Consejo, un buen grupo de hermanas de la Provincia junto con tres consejeras generales; Lerma, Françoise y Marta. Compañeros del Economato Provincial y de Titularidad, nos reunimos para celebrar y dar gracias a Dios por la vida de Carlos Arense, entregada a lo largo de más de 40 años al servicio de la Congregación. La satisfacción, la emoción y la acción de gracias marcaron esta celebración cuando llega el tiempo, bien merecido, de disfrutar de la jubilación.
Acompañado de su esposa, de algunos de sus hijos y de una nieta, Carlos pudo gozar de una Eucaristía de acción de gracias. Pudimos dar gracias a Dios por todos estos años en los que su mirada sobre los asuntos económicos de la Provincia ha hecho sostenible nuestras vidas y proyectos evangelizadores. Su amor a Santa María Eugenia y a la Congregación han sido la fuente de los consejos que, con un gran respeto, nos proponía como camino hacia una economía responsable y solidaria.
En la comida pudimos compartir y escuchar a hermanas que han trabajado con Carlos en el día a día, el impacto que su vida y sus decisiones ha dejado en sus corazones.
Lerma en nombre de Rekha y su Consejo dirigió estas palabras a Carlos: “Buenos días a todos. Hoy es un día especial que Dios ha dispuesto que nos reunamos aquí para expresarles nuestros sentimientos. En nombre de Sor Rekha y del Consejo General, queremos expresarle nuestra gratitud al señor Carlos Arense. Estamos muy agradecidas a Dios por el don de vuestra persona y por el dedicado servicio que habéis prestado generosamente a la Provincia de España, así como a toda la Congregación en estos últimos años. Eres un hombre de fe, un hombre de visión. Gracias por su ayuda y orientación para cuidar bien de nuestros recursos financieros para el Reino. Eres una bendición para nosotros. Por favor, recuérdenos en sus oraciones, así como nosotros pedimos la bendición de Dios para ustedes y tu familia a medida que avanzan. Que el Señor te bendiga y te guarde; Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga misericordia de ti. y que el Señor vuelva su rostro hacia ti y te dé la paz. (Números 6:24-26)”
Carlos compartió unas emotivas palabras de agradecimiento a las hermanas y laicos, con los que ha tenido la oportunidad de trabajar. Palabras cargadas de recuerdos, de anécdotas y de aprendizaje por tanto como ha tenido la oportunidad de compartir con unos y con otros. Terminó diciendo “sé que estáis a mi lado”.
Trabajar con números, interpretar balances y gestionar recursos se ve con otros ojos cuando detrás de cada decisión aparecen rostros de personas, obras y lugares donde la Asunción está al servicio de la misión evangelizadora y de educación transformadora.
Carlos gracias por tu entrega en lo pequeño y en lo grande; en la misión que te ha confiado la Asunción. Gracias por todo lo que has hecho, por servir con corazón blanco y morado.