El arzobispo de Kinshasa se alegra de la implantación de una nueva congregación religiosa en la región oriental de la ciudad de Kinshasa. El viernes 10 de marzo, el cardenal Fridolin Ambongo bendijo la capilla del noviciado para África Central de las Religiosas de la Asunción, congregación de educadoras y adoradoras fundada en el siglo XIX en Francia por Santa María Eugenia de Jesús.
El nuevo noviciado se abrió no lejos del cementerio de Kinkole y del dominio militar de Kibomango, en la subparroquia de San Huberto atendida por las misioneras Oblatas de María Inmaculada.
La maestra de novicias, sor Françoise Kenmogne, recuerda las palabras del cardenal Ambongo: "El cardenal se alegró mucho de vernos aquí en Kinshasa, en Kibomango en particular. Siempre ha querido que las consagradas vayan a la guardia de la evangelización, a las periferias. También nos pidió que hiciéramos de nuestra comunidad un lugar de oración y un símbolo poderoso de la manifestación del amor de Dios".
Y entre las ocho novicias presentes, la hermana novicia Gladys Kenmogne siguió bien la homilía del arzobispo: "No hay noviciado sin novicias. Y nosotras, novicias, estamos por tanto obligadas a vivir concretamente las exigencias de la vida religiosa que se nos transmiten a diario." JBMK/RV