Desde la Comunidad de Olivos: Una Liturgia compartida en la WEB ABIERTA A NUESTRO MUNDO.
La liturgia en la Asunción centra nuestra vida en Cristo. Este es el mensaje que quisimos compartir con todas las hermanas y personas aisladas en sus casas, en sus habitaciones pero también con todos los amigos de la Asunción y con aquellos que todos los días se unían a nuestra liturgia vía on-line.Por la mañana con Laudes iniciábamos nuestra vida comunitaria alabando juntas al Señor y ofreciendole nuestro día: “Abre mis labios, Señor, y proclamaré tus alabanzas”.De nuevo invitábamos a nuestras hermanas y amigos al medio día para instruirnos escuchando su Palabra. Era un tiempo para volvernos a Él, presente y cercano a lo largo del día. A la caída de la tarde, con Vísperas, uniendo nuestras voces a la de tantas personas creyentes, recogíamos el sufrimiento de tantos hermanos y damos gracias a Dios convencidas de su presencia salvadora, cantando y alabando su amor a cada persona. Con la oración de Completas terminábamos nuestro día, diciendole agradecidas: “Buenas noches Padre Dios”.Gracias a este ritmo de vida, durante la Pandemia del Covid 19, con muchas hermanas confinadas en su soledad, comunidades disminuidas, laicos y familias deseosas de orar, la Comunidad de Olivos ha compartido su oración por medio de You tube, transmitiendo el oficio a partir del Jueves Santo y durante toda la primera semana de Pascua.
Ha sido un tiempo de fraternidad orante, abiertas y unidas al dolor del mundo, pidiendo por nuestras hermanas enfermas, colaboradores, familiares y amigos.
A algunas hermanas, familiares y amigos se los llevó el Señor para estar con Él. Han sido tiempos de separación, tristes, duros y difíciles. Unirnos a la oración de las Iglesia ha sido un bálsamo que nos ha fortalecido y un regalo para todos. Poder orar con tantos salmos que recogen la experiencia del Pueblo de Dios ha sostenido nuestra Fe, ha mantenido la Esperanza y aumentado la fraternidad.
La última celebración en You Tube que recogió este caminar como comunidad y provincia abierta al mundo fue la Eucaristía por nuestras hermanas que han partido a la casa del Padre. Contemplar sus rostros, escuchar sus nombres y la Palabra que ha orientado su vida, sentir la cercanía de la Asunción del mundo y de tantos amigos y familiares nos ha sostenido en la certeza de que nuestras vidas no terminan, se transforman para ser acogidas, cuidadas y bendecidas por nuestro Dios. Una vez más las vidas entregadas de nuestras hermanas fueron presentadas al Padre, unidas a la de su Hijo Jesús quien las ha preparado un lugar junto a Santa Mª Eugenia y a tantas personas queridas.