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En esta segunda de Semana de Pascua, nos encontramos con la alegría de que Jesús resucitado sale a nuestro encuentro, personal, comunitario y en la nuestra misión concreta, dándonos la esperanza de la Paz y envíanoslos a ser portadores de su Buena Noticia.
Comenzamos nuestra semana con San Agustín. La hermana Martine Rochigneux nos llevó a releer nuestra historia de salvación a través de la vida de San Agustín, recordándonos que somos hombres y mujeres de deseo, en movimiento y en búsqueda de Dios que es el que le da sentido a nuestra vida. Tenemos la certeza que nos ha creado para El y vivir en comunión con los demás. Esto nos hace tomar conciencia de nuestra consagración a Dios, al pueblo y en comunidad; volver a lo esencial nos llevó a volver a nosotras mismas, recordando todos los medios concretos y personas que nos ayudan en este camino de entrega hacia el ser todas de Él.
Todos los temas tienen un hilo conductor. El de San Agustín nos introducía al tema de la Alianza que nos compartió nuestra Hermana Rekha y nos permite entender la Alianza como el Amor de Dios y la respuesta consiente que nosotras damos a ese Amor, recordándonos que esta alianza no la vivimos solas sino en comunidad y con el pueblo. Estamos llamadas a ser comunidades de alianza con nosotros y con todo lo que nos rodea; encontramos en la Alianza nuestra manera de ser Religiosas de la Asunción hoy.
Luego vimos el tema de la Espiritualidad de los Salmos que nos compartió la hermana Sophie Ramond. Esta sesión nos permitió renovar nuestra vida de oración. Somos conscientes de toda la riqueza que contienen los salmos, y como nos llevan a unirnos al dolor del pueblo, en una oración de alabanza y suplica. Los salmos son el espejo de como es la vida humana. Estamos llamadas a vivir una oración encarnada .
Damos gracias a Dios por la experiencia de caminar en comunidad internacional y reafirmar como Dios sigue renovando nuestra alianza y el deseo de continuar hacia una entrega en plenitud.
Mirna y Claudia Marilù, Provincia de America Central y Cuba