En estos momentos en los que estamos afectados por una pandemia mundial, que ha alterado toda nuestra forma de vida y que muchos podemos vivir con diversas angustias y desgracias, con incertidumbre y temor desde el Departamento de Pastoral del Colegio Asunción -Vallecas hemos sentido la necesidad y la importancia de continuar unidos como comunidad educativa, para poder compartir nuestras vivencias desde la escucha y la oración a la luz del Evangelio.
Estamos convencidos que sentirnos familia Asunción poniendo nuestra confianza en Dios, nos facilita reducir esas angustias, buscar caminos compartidos que mejoran nuestra vida y nos ayuda a estar más cerca los unos de los otros.
Para conseguirlo hemos puesto en marcha oraciones on line, donde como comunidad educativa nos ponemos en manos de Dios y hacemos una relectura de la vida en clave evangélica más allá de la distancia fíasica que nos separa.
Todo empezó antes de la Pascua, preparando unos materiales para hacer un trabajo previo desde casa, a partir de la experiencia y la vida de cada uno y como iglesia doméstica. Después de esta reflexión personal o familiar a partir de la propia vida, retornar al grupo, para poder compartir y orar juntos.
Nuestra primera oración compartida fue el Lunes Santo. En ella pudimos hacer juntos un silencio interior guiado, para entrar en ese espacio de serenidad donde escuchar lo que Dios nos quería decir a cada uno para continuar con un compartir a corazón abierto, que nos hizo sentir familia... y allí, en ese espacio, Dios como siempre, se hizo presente en medio de todos llenándonos de su paz y su consuelo.
Y desde esta primera experiencia, volvimos a orar juntos el domingo 10 de mayo. Esta vez éramos más y nuestra oración quiso tener como centro
hacer memoria de las personas fallecidas. Por ellas y por los que han perdido sus seres más queridos, por los que sufren las consecuencias de la crisis y por aquellas que están en situaciones vitales difíciles. Y es que necesitamos sentir el abrazo y el calor de Dios en la oración y a través de nuestros hermanos.
El confinamiento físico no va ser para nosotros una barrera que nos impida seguir construyendo comunidad creyente y un mundo nuevo más fraterno, justo y cuidador: “El mundo ..el covid...no son los suficientemente grande para nuestro amor”.
Además, tenemos muchas lecciones que aprender de esta etapa que nos ha sacado de nuestro ritmo frenético e insolidario de vida y nos ha hecho ver que otra forma de vivir y de relacionarnos con Dios es posible y necesaria si queremos hacer de esta tierra un lugar de Gloria para nuestro Dios.